"Tu miedo termina cuando tu mente se da cuenta de que es ella la que crea ese miedo"

Alejandro Jodorowsky

Leemos esta frase y pensamos que es obvia ¿no?, nos recordará miedos superados, pero aún así seguimos teniendo otros, más perceptibles o no, quizás nuevos, o quizás ya olvidados, pero que ahora, en estos momentos, se han despertado. Tampoco sabemos cómo poder llegar a darnos cuenta, que ante el mismo miedo, éste es creado por nosotros mismos, por nuestra imaginación, por lo que creemos que estamos percibiendo e interpretando, y entonces es, en ese momento, cuando nos adelantamos a lo que podría pasar, pero desafortunadamente, en modo negativo.

Es horrible sí... y lo vivimos como si estuviera pasando. Y eso justo, es lo que nos lleva a crear esa imagen o situación aterradora en nuestra mente. Ahí se crea el fantasma. Ante la repetición reiterada de una imagen nefasta para nosotros y las consecuencias desastrosas para nuestra vida.

Como he dicho, los miedos crean fantasmas, y los fantasmas se asientan en nuestra mente para "protegernos", sí, has leído bien, protegernos... ¿te sorprende verdad?

¿Cómo me va a proteger esa imagen aterradora? Si lo que siento es pánico, angustia, ansiedad, ante esa situación me quiero morir, pienso que no podré superarla, ¿cómo salgo de esta? Pues debes de saber que, lo que ocurre es que tú cerebro te prepara para lo peor, para que ante esa situación que él recrea, tú busques una solución, pero el problema ¿cuál es? Es que tú te quedas paralizado ante ella y no ves ninguna solución.

Viviendo la época que está transcurriendo, vemos cómo la mayoría de la población ha sacado a paseo cada uno de sus fantasmas, originados por la incertidumbre a la que estamos siendo sometidos.

El miedo es una respuesta biológica innata que surge cuando el análisis de situación

nos lleva a deducir que estamos en peligro, nos lleva a la supervivencia sí, y por eso estan presente en nuestra vida, ya que lo más importante es justo eso, 'vivir'.

Debes de saber que el miedo no duerme, no descansa y no se apaga, siempre vamos a estar en alerta. Siempre. Es por ello que, cuando la situación lo requiere, se activa y nos protege.

A lo largo de nuestra vida hemos vivido muchos miedos. En la infancia, en la adolescencia y en la época adulta, cada uno tiene su importancia, se afincan en nuestro cerebro y quedan grabados a fuego para que, cuando la situación se interprete como similar, salte, y en ese momento se activen automáticamente los mecanismos de defensa propios de cualquier especie, tales como la huida, la evitación o la lucha... la representación en nuestro cerebro de esas imágenes serían nuestros propios fantasmas, cada uno tiene los suyos, porque a cada persona le afectan de forma diferente sus propias experiencias y las consecuencias negativas, posibles o no, de las mismas.

Después de este confinamiento hemos sido sometidos a mucha presión, mucho miedo, y mucha angustia, todo a grandes dosis y sin un final visible y tampoco exitoso... pero esto es solo aparentemente. Nuestro cerebro ante esta situación se ha puesto en modo alerta día y noche, día tras día, lo que nos llevará, a parte de un agotamiento mental, a activar todos esos fantasmas, que estaban en letargo, esperando a ser despertados. Miedo a morir, miedo al contagio, miedo a no tener dinero, miedo a salir, miedo a abrazar...

Si a esto le añadimos el no estar ocupados, ni entretenidos, una falta de ocio o de deporte, una gran falta de afecto y el vivir en una rutina tediosa constante, nos da un caldo de cultivo para pensar recurrentemente de forma negativa y desconectar poco. El resultado es que está todo listo para que los fantasmas salgan a pasear y nos inunden de ansiedad e inseguridad. Si a esto le sumamos que estamos solos, o con quien convivimos pasa por lo mismo, con lo cual nos sentimos más solos e incomprendidos. Los problemas que ya traíamos antes se harán más grandes, y encima aparecerán nuevos...

Las consultas de médicos, psiquiatras y psicólogos andan desbordadas. Pero la realidad es que la población está desbordada.

Leemos todo lo anterior y genera malestar, porque aún sabiendo que es una realidad, y lo estamos viviendo, no sabemos ¿cómo podemos superar esos fantasmas?, ¿cómo pararlos?, ¿cómo decirle al cerebro que se ha imaginado una situación que aún no ha existido y que no sabemos si existirá?

Pedir ayuda es lo más sano que se puede hacer, porque cada caso es diferente y necesitará una solución específica. Pero si has leído con atención muchas soluciones están en el propio artículo, necesitamos estar entretenidos, un ocio sano, hacer deporte, mucho afecto y salir de esa rutina, entre otras cosas. Sentirnos activos y productivos ayuda al estado de ánimo y enfrentarnos a los fantasmas con racionalidad y neutralidad ayuda a calmar la ansiedad. Vivir en el presente sin pensar en un futuro angustioso, que además no se ha dado, y ser creativo al pensar en las posibles opciones para salir de las diferentes situaciones, ayuda a tener un mapa de ruta que nos calmará y nos preparará para las diversos escenarios que nos podamos imaginar. Hay que buscar siempre una solución factible, no quedarnos bloqueados en el "y si"... ¿y si me pasa esto, y si me pasa lo otro...? Se proactivo y no te pongas en lo peor, porque si te das cuenta, ni tus peores pesadillas han llegado a hacerse realidad. Al final siempre pasan otras cosas. Si recapitulas ¿no ha habido siempre una solución?, y habiendo estado en lo peor, ¿no se ha superado? Y además, después, ¿no han venido mejores momentos?

Todo pasa y todo se supera, es una de las enseñanzas que vamos aprendiendo a lo largo de la vida, entonces, después de todo lo leído, mi consejo es: no tengas miedo, porque los miedos rara vez se llegan a dar, vendrán otras cosas y eso es realmente lo que te preocupa, no estar preparado para lo que venga, por eso no paras de pensar en muchos escenarios posibles, pero piensa una cosa, ¿cuándo algo importante te ha pasado?, ¿no se ha solucionado? Y poniéndonos en lo peor, ¿no lo has superado? Siempre han llegado las soluciones o la adaptabilidad, lo sabes, confía en ti, en tu experiencia. Tu cerebro quiere ayudarte, úsalo bien, no te quedes bloqueado ante el miedo, es solo imaginación de una situación, busca diferentes soluciones, y recuerda que no por pensar más en lo peor, encontrarás la mejor solución , eso sólo te paralizará. Recuerda que hay una parte creativa en ti que trabaja de forma inconsciente que debes de saber que ya se está ocupando, ayúdala buscando alternativas pero de forma relajada, busca el "puedo hacer esto, o esto, o esto otro..." pero sin meter a esos fantasmas, que después de lo que hemos aprendido, en los peores momentos, vemos que no nos están ayudando, solo vienen para anularnos y congelarnos en una situación que transfórmanos en lo peor sin escapatoria.

¿Y ahora?, después de todo lo leído ¿qué vas a hacer con tus fantasmas? Sinceramente, te animo a que los enfrentes y que luego, les des una buena patada... porque puedes, y de cosas peores ya has salido. Recuérdalo.

(*) Psicóloga y Terapeuta.http://anaortizpsicologa.blogspot.com.es/

Suscríbase a El Día para tener acceso completo a todas nuestras noticias y siga leyendo esta información en nuestro Kiosco Digital.