Todo el mundo espera a las vacaciones. Niños, adultos, estudiantes, personas jubiladas también. La frase que escucho más veces es "estoy muy cansado". Este año, con el tema de la Covid-19, estamos quizás mas cansados que nunca.

Espero al mes de septiembre para ver si escucho la frase típica: "estoy muy cansado/a, no he podido descansar."

¿Que pasa con las vacaciones? ¿Por qué todos las esperan y ninguno descansa? ¿Y si y fuera que tenemos demasiada ilusión y demasiada esperanza sobre las vacaciones? Casi como el Santo Grial de nuestra vida, esperamos todo el año un momento de descanso y llegamos frustrados. Esperando que las vacaciones del próximo año quizás€ sean verdaderas.

Las revistas y los periódicos dan un montón de sugerencias de cosas esenciales, fundamentales e imprescindibles a hacer durante las vacaciones. Madrugar para aprovechar del día, mirar el amanecer, y después viajes, excursiones y salidas. Un restaurante que no te lo puedes perder. Un pueblo para ver. Después del estrés del trabajo, empieza el estrés de las vacaciones. Una competición para ver quién ha hecho más cosas, quién ha visto más cosas.

¿Y si el secreto de las vacaciones fuera cambiar nuestra modalidad, pasando de una modalidad del "hacer" a una modalidad del "ser", del vivir?

Eso es lo de que habla el mindfulness, una filosofía de vida, una técnica para sobrevivir en nuestro mundo. Una técnica concreta, estandarizada a partir de los años 80 en Estados Unidos por Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular del MIT, Massachissets Institute for Technology.

Mindfulness es la traducción de la palabra en sanscrito "sati", es decir conciencia, y significa una actividad intelectual en la que se busca lograr un estado de atención centralizada en el momento presente. "Hic et nunc" como decían los latinos, aquí y ahora.

La meditación mindfulness está orientada a mejorar la salud, tanto física como psicológica y en este sentido hay cuarenta años de estudios científicos que demuestran y acreditan su valor. La pregunta fundamental del mindfulness es: ¿dónde está tu mente? Porque lo que nos pasa muchas veces es un fenómeno de "time traveling", es decir, nuestra mente viaja sin parar, del pasado al futuro. Y nunca parándose en el único momento que tenemos, el presente.

En uno de sus libros Jon Kabat-Zinn pone el ejemplo de una persona que mira un atardecer. Su mente empieza pronto a elaborar. "Qué bonito este atardecer, qué color tiene el sol. Me acuerdo que el año pasado estaba con Pedro y Lucia y estaba mirando un atardecer en el sitio€ ¿cómo se llama el sitio? Y Pedro a dicho€ y después€"

El atardecer desaparece y nosotros no hemos disfrutado del momento, no hemos aprovechado el atardecer. El mindfulness puede jugar un papel importante en este sentido. En las vacaciones también.

Con la conciencia del presente aprendemos a vivir el presente, a mirar los pensamientos poniendo en acto un proceso de desidentificación de ellos, es decir, logramos la capacidad de ver los pensamientos, sin dejarnos atrapar por ellos.

En estas vacaciones intentemos vivir lo que pasa, la realidad, sin esperar siempre algo nuevo. Cambiemos nuestra modalidad de actuar, dejemos los pensamientos, el futuro y el pasado donde están, y concentrémonos en la única cosa que tenemos, ahora. Miremos el amanecer y el atardecer sin compararlos con lo del año pasado, no perdamos nuestro tiempo, no lo invertamos en actividades planteadas para rellenar nuestros días. Dediquemos nuestro tiempo a conocernos a nosotros mismos, a comprender lo que nos gusta, cómo nos gusta descansar. "Conócete a ti mismo", decían los griegos. Si nuestro cerebro descansa, viajaremos ligeros, sin lastres.

Ya puedo imaginarme la conversación.

"Este año he descansado de verdad".

"¿Dónde fuiste?"

"Al presente".

(*) profesora de la Universidad Europea de Canarias