Cuando las autoridades competentes, bien porque no quieren o no pueden, desatienden la voluntad de los ciudadanos, entonces, estos, insatisfechos por no ser tenidos en cuenta, ejercen uno de sus derechos, la protesta pacífica. Y esto es lo que han hecho unos jóvenes, que, con grave riesgo para su salud y sus vidas, permanecieron desde el martes 16 a la intemperie sobre unas grúas con las que se construye un hotel en unos terrenos durante siglos patrimonio de una playa emblemática de Granadilla, La Tejita, todo un símbolo por su alto valor histórico y medioambiental.

A un entrante de la playa arribó el uno de octubre de 1519, para el avituallamiento de alimentos, utensilios y tripulación, la primera expedición que dio la vuelta al mundo, la de Magallanes y Elcano. Desde una caseta de la playa todavía existente, hacia 1886, partió el cable telegráfico submarino que por el fondo del mar unió Tenerife con Senegal (África) y Pernambuco (Brasil); en la madrugada del 12 de diciembre de 1958, al abrigo de Montaña Roja, un globo aerostático de 14 metros de diámetro, que de niño, llevado por mi padre, tuve la suerte de contemplar, se elevó con cuatro tripulantes ingleses hacia América; el 30 de septiembre de 1962, próximo a la playa, se inauguró un aeródromo construido en 1935 en los Llanos de Roja, que fue habilitado el 3 de febrero de 1963 para el transporte de heridos en avionetas hasta el aeropuerto de Los Rodeos con motivo del hundimiento del antiguo convento franciscano de Granadilla, falleciendo 24 personas.

Hablamos no de una playa cualquiera, sino de un símbolo de especial significado para las personas que aman y defienden la naturaleza, y gracias a ellas, a colectivos ecologistas, a diversas instituciones y a algunos partidos políticos, se consiguió que la playa y las montañas de Bocinegro y Roja y sus alrededores fueran declarados Reserva Natural Especial el 19 de diciembre de 1994. Atrás quedaban los destrozos de sus frágiles terrenos por la extracción de arenas y áridos, el tráfico de vehículos y motos hasta la misma orilla del mar, maniobras militares, vertidos de basuras y acampadas incontroladas.

Pero no todo quedó protegido. Ahora vemos cómo terrenos próximos a Montaña Roja y La Tejita que debieron incluirse en la Reserva Natural, como los que están entre la carretera de El Médano a Los Abrigos y el mar, fueron clasificados como urbanos y hoteleros, gracias a lo que se han construido centros comerciales y ahora un hotel de 5 estrellas que tapona un parque. Invito al amable lector a que camine desde el este de la playa en dirección a El Confital, y pronto tropezará con una calzada de piedra construida sobre dunas y una enorme valla colocada sobre ellas, y entre la valla y la carretera de Los Abrigos a El Médano verá ostentosas grúas y un hotel en construcción.

No se de quién es el hotel ni qué autoridades aprobaron los expedientes para llegar a esta situación, pero, como cualquier ciudadano, cuando camino la zona, observo que valla y terrenos del hotel están sobre las dunas de la playa, lo que es gravísimo, repitiéndose la escena de que, con la subida de la marea, los bañistas se quedan con arena reducida a la mínima expresión. Y si el ciudadano continúa su pateo junto al mar hacia El Confital y la playa de El Horno, verá que hay trozos por los que apenas puede caminar porque algunas vallas de los invernaderos, que desconozco de quiénes son, apenas dejan espacio para, de acuerdo con el espíritu de la Ley de Costas, disfrutar del derecho de pasear sin obstáculos junto al mar por la costa.

Difícil papeleta de las diferentes administraciones implicadas, propietarios del hotel, organizaciones ecologistas y activistas que mantienen sus protestas. Mientras, el hastío de la ciudadanía con esta cuestión, que se dilata en el tiempo, va en aumento.