Los socialistas, que sufrieron un durísimo batacazo en las últimas presidenciales francesas, buscan alianzas con los Verdes y otros partidos a su izquierda con la mirada puesta no sólo en la segunda vuelta de las municipales de este domingo sino también, más adelante, en el Elíseo.

Sus objetivos parecen aproximarse en muchos casos a los de los ecologistas, reforzados, estos últimos, según indican las encuestas, frente a la République en Marche del neoliberal Emmanuel Macron, un producto en buena medida de los medios.

Recordemos que si Macron llegó en 2017 al palacio del Elíseo, fue sólo por considerarle muchos de sus compatriotas un mal menor frente a su rival en la segunda vuelta, Marine Le Pen, como había ocurrido antes, en 2002, con Jacques Chirac cuando éste se enfrentó al padre de esa política ultraderechista, Jean-Marie Le Pen.

La crisis sanitaria del coronavirus, sumada a la económica, con el incremento en todas partes del desempleo, la precariedad laboral y la desigualdad, puede dar, opinan muchos, una segunda vida a una izquierda que ha estado demasiado tiempo dividida.

Al igual que los socialistas, los Verdes saben que han de alcanzar una masa crítica para gobernar y que no pueden seguir contentándose como hasta ahora con un papel de simple partido de protesta.

"Es el momento de construir una coalición con aquéllos que comparten nuestros valores", afirma el eurodiputado belga por el Partido Verde, Philippe Lambert, refiriéndose no sólo al caso de Francia, sino también a otros de su entorno.

Lambert podría en efecto estar hablando también de Alemania, donde no se descarta una futura alianza de los Verdes con uno de los socios de la actual coalición gobernante: ya sea con la Unión Cristianodemócrata, como quiere su sector más conservador, o con los socialdemócratas, que es la opción preferida de los progresistas.

Al igual que ocurre también en el país vecino, los Verdes son en Francia un partido sobre todo de los jóvenes y de las clases urbanas: en las localidades de menos de mil habitantes, los sondeos les dan en torno al 11 por ciento de la intención de voto frente a un 20 por ciento en las de más de 200.000 habitantes.

De ahí que su estrategia electoral varíe según los casos: en algunas ciudades como Lille o Estrasburgo se presentan sólo en la segunda vuelta mientras que en París o Lion han buscado alianzas con los socialistas y en otras, como Toulouse o Marsella, concurre junta toda la izquierda, incluida la Francia insumisa, de Jean-Luc Mélenchon.

Como señala el también eurodiputado Yannick Jadot, se busca en cualquier caso una alternativa a la extrema derecha de Marine Le Pen no sólo de cara a las regionales del año próximo también con la vista puesta en las presidenciales de 2022.

La République En Marche ha perdido últimamente catorce diputados y con ellos la mayoría absoluta, y siete de esos disidentes se han unido al nuevo grupo "Ecología, Democracia, Solidaridad", que quiere ofrecer una respuesta distinta a la doble crisis climática y económica.

En París, la socialista Anne Hidalgo aspira a obtener un segundo mandato con la coalición "París en común", integrada por socialistas, comunistas y el movimiento de izquierdas Place Publique, frente a su rival dde la derecha, Rachida Dati, ex ministra de Justicia en dos gobiernos de François Fillon bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy.

El resultado obtenido por Hidalgo en la primera vuelta electoral - un 30 por ciento de los sufragios emitidos- le garantiza prácticamente la reelección de la mano de los ecologistas, que obtuvieron entonces un 11 por ciento.

A cambio de su apoyo, los ecologistas le han arrancado a la alcaldesa de origen gaditano no sólo cargos destacados en el Ayuntamiento de la capital sino también una revisión de su programa de gobierno a fin de "reverdecerlo".

La misma estrategia de alianza con los Verdes la han seguido otros alcaldes socialistas, como la de Rennes, que suma el 35 por ciento obtenido en la primera vuelta electoral al 25 por ciento de los Verdes y dice querer compaginar la justicia social con sus nuevas convicciones ecologistas.

Una de las figuras de la vieja escuela socialista que no está dispuesta a ceder ni una brizna de su poder es la casi septuagenaria Martine Aubry, ex primera secretaria de ese partido, ex ministra de Trabajo y de Asuntos Sociales de distintos gobiernos socialistas y desde hace ya veinte años alcaldesa de Lille.

Aubry, hija del expresidente de la Comisión Europea Jacques Delors, compite este domingo con el ecologista Stephane Baly, que se siente fortalecido por el impacto en la población de la doble crisis económico-sanitaria e incluso parece verse ya como alcalde. Habrá que ver lo que deciden las urnas.