El lío del PSOE de Arona se complica: ayer noche, Ángel Víctor Torres se reunió a puerta cerradísima en la Casa del Pueblo con los concejales de ambos bandos: los siete Montescos de Luis García y los seis Capuletos del alcalde José Julián Mena, además del indeciso concejal de Turismo, el profesor de música Alberto Delgado, que dicen que quiere dejarlo todo y volverse a su casa. Torres se reunió para intentar reconducir la guerra que enfrenta a los dos sectores de PSOE aronero y arrastra inexorablemente al partido a los juzgados.

Coincidiendo con el cese de Luis García por pérdida de confianza de Mena, y con las acusaciones más o menos veladas de irregularidades al ya ex concejal de Urbanismo, se ha sabido que García lleva meses intentando protegerse: primero presentó una denuncia en la policía de La Laguna, dónde entregó una grabación de 54 minutos de la que identificó las voces protagonistas. Después envió un correo a la fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado, en Madrid, que le fue contestado remitiendo a la fiscalía tinerfeña. Ni Luzón ni Serrano ni ninguno de sus fiscales llegó a ocuparse de esa denuncia. Finalmente, acompañado de dos empresarios y el abogado de éstos, testificó denunciando la existencia de prácticas corruptas que implicarían a un famoso abogado y al entorno de su alcalde, y que deberá ratificar esta próxima semana en sede judicial de Los Cristianos. Si la mitad de las cosas que en esas denuncias se dicen sobre sobornos y cobro de mordidas y comisiones son ciertas va a resultar muy pero que muy difícil poner orden en un consistorio en el que vecinos y residentes podrían hacer frente al parón turístico y la crisis económica atando los perros con longaniza.

En vez de eso, lo que parece que va a ocurrir es que el alcalde se quede sólo con su equipo más próximo, y pueda enfrentarse a una censura que ya prepararan los siete concejales díscolos con el apoyo de los partidos de la oposición, para convertir en nueva alcaldesa a Dácil León, Reverón por parte de madre, exnuera del presidente del PSOE aronero, el promotor Agustín Marichal, hotelero con intereses en El Mojón y apoyo clave del alcalde, junto al concejal Francisco Marichal y a Nicolás Jorge Hernández, amigo y asesor plenipotenciario de Mena, hombre fuerte del partido en el Sur, muy próximo a la alcaldesa chicharrera Patricia Hernández y uno de los personajes con más poder del ayuntamiento sureño.

La candidata del grupo de los díscolos, Dácil León, incorporada al equipo municipal por el propio Mena, era hasta el año pasado una de sus personas de mayor confianza, lo que viene a demostrar que las peores peleas son las que se producen entre viejos amigos. Dácil era ya ayer candidata oficiosa a la sustitución de Mena, tras la firma de un documento por los siete díscolos. Entre ellos, compañeros de toda la vida de Mena, como José Luis Gómez, instalador de redes informáticas, que llevaba con el alcalde desde el principio y era uno de sus puntales. Enfrentado a muerte con Nicolás Jorge, ahora está enfrente. Arona es hoy una sopa de antiguas amistades enfrentadas, lealtades traicionadas e intereses contrapuestos. Torres se ha convertido en un especialista en resolver entuertos en su partido, pero esto parece difícil de arreglar incluso para el médico chino.