Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard nos advierte de la importancia de ponernos la mascarilla a la hora de tener sexo. Por lo visto, la nueva normalidad viene con ganas de turbación; ahora, sí, resulta que lo más recomendable es practicar el onanismo. Hombre, puestos a entender, no hay nada más valeroso que hacerlo con uno mismo.

No sé si son curiosidades intelectuales o personales (sonrío) pero les confieso que he leído todas las recomendaciones de cabo a rabo. La verdad, debo decir, que junto al pretexto de la curiosidad (muchas veces) está el morbo. ¿Qué será lo próximo? ¿Hervir preservativos?

En realidad nuestra existencia se escora al aniquilamiento de todo contacto físico. Pronto nuestro vivir será un ilusorio "ver de lejos" y poco a poco iremos sepultando interiormente todo tipo de deseos y ganas. Es curioso, siempre se desdeñó la individualidad, y ahora se aplaude. Fíjense, lo que durante todo la vida se ha dicho sobre la masturbación, y ahora resulta que debemos de incorporarla a nuestra vida para protegernos de un virus. Lo cotidiano, lo veo venir, acabará sirviendo al recuerdo y buscará nuevas formas de abrirse camino. Aquí ya no hay cuerdos, ni locos: vamos a acabar todos (sonrío) igual que las cabras.

Hagan acopio de juguetes sexuales (por supuesto individuales) que los cortejos, al paso que va todo, en un futuro pueden llegar a ser motivo de multa. Y así nos ha compensado tanta modernidad, nos creíamos superiores, y resulta que a día de hoy somos esclavos de un puto virus y sus derivadas. Igual (opinión subjetiva) es el momento de tener ideales más profundos y ver en lo superficial una forma de inexistencia. No, no existen realidades concretas; ahora lo estamos viendo y viviendo con la experiencia... Considero que el hoy y el ahora son la única realidad que va modelando nuestra vida y nuestro mundo. ¿Lo demás? Nombres aleatorios que le vamos dando a la nada.

El pensamiento siempre nos acerca lo que no tenemos a mano. Se me antoja darle un final sublime a la columna de hoy y terminar con un beso. Sí, pero un beso con lengua; de los que te dejan trastocado muchos días. Creo que besar con mascarilla es similar a beber una cerveza sin alcohol.