El estrés es de sobra conocido por la mayoría de nosotros. Pero, ¿qué es el estrés? Pues, sencillamente, una respuesta natural y necesaria del organismo para afrontar una situación que se percibe como amenazante. Ahora bien, cuando esta respuesta natural se da en exceso, se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de alteraciones, que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo: ansiedad, depresión, insomnio, hipertensión, palpitaciones, alteraciones digestivas, dolor de espalda y cuello, problemas en la piel ?. Ahora bien, en una situación así, la reacción más corriente suele ser la de concentrarse en las circunstancias externas. Como nos está sucediendo en estos momentos. Protestar contra la derecha, la izquierda, el comunismo? Y entre bulos y desmentidos, aburridas comparecencias, aplausos y shows caseros que emiten por televisión para mantenernos entretenidos y que el despiste nos invada nos pasamos todos estos días de confinamiento. Y la verdad, señoras y señores, ¿vamos a adelantar algo con todas estas protestas que hacemos en privado y que nos están amargando la vida? Y no digamos cuando utilizamos como compensación métodos de autoconsuelo tales como el consumo de dulces, chocolate, alcohol, drogas, televisión, tranquilizantes, antidepresivos? ¿No sería preferible que, con una mente amplia y abierta, intentáramos aclarar nuestros criterios, dejando a un lado las ideologías y los fanatismos, que son lo que nos ha perjudicado siempre como sociedad? Y una vez en la calle, cuando se termine el confinamiento, no volver a consentir el abuso, las chulerías y el desproporcionado gasto de todos los partidos políticos, gobiernos con 22 ministros?.. ¡Es de chiste! Esto es lo que no podemos consentir, si tenemos un cierto grado de madurez. Tenemos fama de ¡ja, ja, ja, españoles, viva la fiesta! Sin embargo somos solidarios, alegres, ¡por supuesto!, pero muy potentes y activos, cuando las circunstancias lo piden. Por eso, para tomar el control de la propia vida y con el fin de aclarar nuestros criterios, no estaría de más dirigir la atención hacia el interior de uno mismo, con el fin de identificar las emociones, utilizando las que nos capacitan, ya que van a constituir una poderosa herramienta para alcanzar nuestro potencial más elevado. Afortunadamente, existen muchas técnicas que pueden ayudarnos en este asunto. Una de ellas, muy interesante, tiene que ver con unos ejercicios respiratorios. Si les parece, la próxima semana les hablaré de ella.