Pasado ya el festival de salidas del fin de semana, tal vez inevitable, llega el momento en que todos se tomen este asunto en serio, y "todos" son desde luego los ciudadanos, pero también las autoridades encargadas de hacer cumplir las normas. Las holguras que demasiada gente se ha tomado revelan que el autocontrol no basta. Por hablar alto y claro, en la franja más crítica, la reservada a los mayores de 70 años, han abundado los incumplimientos, y el desparpajo con que se producen refleja algo más que la típica laxitud española en materia de normas; se trata en el fondo de escaso respeto a la vida ajena, pues en esa franja se acumula el 87% de muertes por la epidemia. Así que no sé si hay que prorrogar o no el estado de alarma, pero si Gobierno y Parlamento no aseguran el cumplimiento efectivo de las normas es que tienen tan poca vergüenza como la gente que se las salta.