Los grupos, la mayoría de las veces, son la principal causa del abandono del pensamiento. Por desgracia, muchas de nuestras compañías, nos llevan (tarde o temprano) a nuestro propio aniquilamiento. En el fondo, muchas de las personas que nos rodean, son el impedimento que asesina la voluntad y suprime nuestros deseos.

Hay cosas que llevan implícitas la naturaleza del egoísmo y lo único que buscan es manipular. No, no usemos el vocablo amigo con las personas que no comprenden que lo puramente negativo, tiene el sentido carente del sujeto. Algunas personas (por lo visto) que no experimentan ninguna repugnancia, al pertenecer a grupos que son tentativa de odio y morbosidad.

Si para participar en algo tenemos que ofrecer nuestra conciencia, y además, ser pasivos mejor no participar.

Lo colectivo no siempre es una liberación; échenle un ojo a sus grupos de WhatsApp y después se darán cuenta de lo que les estoy hablando... Muchas personas buscan ser obedecidas en nombre de la amistad y si analizamos sus conductas (sonrío) son la palabra deformada que acompaña al adoctrinamiento.

Pensar por uno mismo es comprender que nuestra identidad se nutre de nuestras propias experiencias. Junto al prejuicio, la mayoría de las veces, está la renuncia agravada por el miedo al qué dirán. Es un error (sonrío) tener naturaleza de rana y no pasar de renacuajo. Muchas personas para ser aceptadas afirman lo que deben negar y viceversa. Y así, lentamente (sin darse cuenta) los auténticos se convierten en falsos. Igual es el momento de dejar de justificar nuestra forma de pensar y alejarnos de todo aquello que es inconsistencia con ganas de complicación. La compañía es la coraza que no distingue lo que es soledad. Por lo tanto, aprendamos a reconstruir nuestra personalidad y a pensar por nosotros mismos. Cada persona, opinión subjetiva, debemos de detectar donde sobramos y donde faltamos...

Dijo Michel de Montaigne: "Lo más maravilloso del mundo es saber cómo pertenecer a uno mismo". Dudo que con tanto grupos, incluidos los de WhatsApp (sonrío) podamos conseguirlo. Sin embargo, por poco razonable que parezca a simple vista, siempre existe la posibilidad de excluirse.

El acto más esencial de la vida es pensar. Es inútil tratar de entender el patetismo; sí, mejor esquivarlo. Las personas que chillan, la verdad sea dicha, suelen ser la desilusión de la inteligencia tratando de imponer argumentos estridentes y sin ningún peso. Lo especulativo también se sustenta con la retórica. Grupos, grupos y más grupos... ¿Para qué? ¿Para demostrarnos lo inútil que es el aburrimiento?