Esta crisis tiene su inicio en una situación sanitaria descontrolada, que ha ido a más y no hemos tenido la suficiente capacidad de reacción, ni con el modelo de gestión de esta.

Tal como se viene observando, las consecuencias económicas han desbordado la confianza de las familias, la de los empresarios, del turismo y la de los inversores internacionales y, si bien no sólo han afectado a nuestro país, sí es cierto que las consecuencias no son globales sino locales.

La tasa de paro no decrecerá a la misma velocidad que se recupere la economía y los efectos seguirán mas allá del levantamiento del estado de alarma.

No sabemos qué ocurrirá después de la cuarentena. Ni en plazos, ni en capacidad de recuperación, ni en el efecto dominó que se puede dar en caso de que se siga destruyendo tejido empresarial y se dispare la insolvencia y posible contagio de los impagos entre empresas y con el sistema financiero.

En cualquier caso, el músculo financiero y el pequeño tamaño de las empresas, así como la incidencia económica de la crisis en los países emisores de nuestros turistas habituales no son ilimitados y estos condicionantes no les permitirá afrontar de una sola vez la recuperación de sus ingresos, por lo que prevemos que será por sectores e incluso empresa a empresa.

Los efectos de la crisis irán mas allá del levantamiento del estado de alarma, y las medidas aplicadas para contenerla no serán suficientes por sí mismas para apuntalar la recuperación económica y el empleo para salir en "V" y no en "L".

Tenemos que comprometer al Estado y a Europa para que los mecanismos presupuestarios y financieros sean fundamentales para la recuperación de la actividad económica y hay que dotarlos y desburocratizarlos de manera rápida y eficiente.

Hay que reforzar los incentivos económicos y fiscales, dotándolos de mayor flexibilidad, cuando no aplazando los tiempos para dotaciones y materializaciones.

Recuperar los fondos para la promoción turística y de atracción de inversiones en Canarias a través de las ventajas de la ZEC.

La sanidad debe reforzarse con un plan de emergencias e infraestructuras flexibles y eficientes.

También será necesario, habida cuenta de la mayor demanda del teletrabajo, que la red de fibra óptica llegue a todos los municipios de Canarias.

El éxito de las medidas será que la recuperación sea sostenida y que las familias, las empresas y el sector financiero recuperen la confianza, arrimando el hombro para una solución que saldrá del compromiso que todos tiremos del carro en un mismo sentido: el del progreso y cohesión social.