De repente, o no tan de repente todo cambia, nos encontramos ante una situación con unas circunstancias de lo más inesperadas, adversas e increíbles jamás imaginadas por la mayoría de nosotros, todos estamos afectados por el mismo mal y sufrimos un tremendo perjuicio.

Nuestra organización, nuestro funcionamiento social se ve limitado, y hemos de experimentarlo, no podemos elegir ni controlar las condiciones ambientales externas, la situación nos impide vivir de la misma forma que lo estábamos haciendo, no podemos hacer uso de la mayoría de apoyos y recursos de los que disponíamos, todo ha adquirido una nueva dimensión y justo en ese momento en el que no tenemos control sobre la mayoría de las cuestiones, nos damos cuenta y valoramos que teníamos alternativas y opciones que no agradecíamos lo suficiente, que tendremos que posponer durante un tiempo y ese tiempo dependerá de muchas variables, comenzando por nuestra actitud individual y social.

Paralelamente, de repente o no tan de repente, tomamos conciencia de que todos los seres humanos tenemos mucho en común, mucho más de lo que habíamos pensado, a pesar de las diferencias individuales, todos estamos afectados por la misma causa, compartimos misión y visión y esto nos une.

Cada uno de nosotros partimos de un lugar diferente dependiendo de nuestra situación vital (familiar, laboral, económica), pero lo que más nos determinará será como estemos de entrenados en afrontar situaciones adversas, complejas, inesperadas e incontrolables, de cuanto estemos familiarizados a convivir con la incertidumbre, inestabilidad, el miedo y todo aquello que hagamos a partir de este momento para conocer, regular y desarrollar nuestras competencias emocionales y sociales, ya que a pesar de la distancia física, estamos más unidos que nunca.

¿Cómo puedo afrontar la situación de la mejor forma posible y facilitárselo a los demás? Aunque pueda parecer que estamos muy limitados, aún tenemos mucho margen de actuación, comenzando por decidir qué posición voy a tomar en esta nueva situación, cuál será la actitud que adoptaré.

¿Aceptaré la situación o trataré de negarla, quejarme y enfrentarme a ella? La postura que tome ante esta pregunta determinará el resto de las emociones, pensamientos y comportamientos que tendré los próximos días y semanas.

Todo lo que nos rodea adquiere una nueva dimensión, hemos de tratar de reformular prioridades y redefinir nuestros valores.

De esta nueva situación por tremenda que sea puedo aprender muchas cosas que me ayudarán a lo largo de mi vida, tiene mucho de oportunidad y cuanto antes enfoque mi energía en ello, mejor podré afrontarlo, superarlo y compartir con los demás. Te mostrará lo que eres capaz de hacer y las situaciones complicadas que podrás afrontar a pesar y conviviendo con el miedo, la inseguridad e inestabilidad, lo que incidirá positivamente en tu autoconcepto, autoconfianza y autoestima.

Para la mayoría de nosotros es una situación nueva, una oportunidad de hacer cosas en casa y compartir actividades con las personas con las que convivimos para las que no solemos tener tiempo o no hemos sido capaces de realizar o priorizar, por las prisas, obligaciones, deberes e imposiciones. Situación que si todo evoluciona según lo deseado y esperado no volverá a repetirse, por lo que es un momento único e histórico.

Cada uno de nosotros hemos de tomar consciencia de cuál es nuestro rol y ocupar un lugar de responsabilidad y empatía a nivel familiar, laboral y/o social, todos tenemos distintas competencias y habilidades para hacer que esta situación se viva de la mejor de las formas posibles.

La confianza facilitará mi adaptación y capacidad de afrontamiento y superación. Confianza en mis capacidades, las de mi familia, las decisiones adoptadas por las personas responsables en cada área de decisión y de todos los que estamos compartiendo circunstancias similares.

Puede ayudarnos a llevar mejor la situación en casa una serie de pautas de convivencia (para personas sanas):

-Tomar conciencia de los pensamientos, emociones y aprender a regularlos facilitando aquellos que generan menor malestar y mayor bienestar.

-Crear y mantener un clima de equilibrio y calma tanto interno como externo (realizar técnicas de relajación, mindfulness, meditación€).

-Desarrollar la paciencia y la flexibilidad, alejarte de la rigidez, la impulsividad y el perfeccionismo.

-Hacer esfuerzo de escucha activa, comprender (empatía) como se sienten los demás que están pasando la misma situación que tú con diversas situaciones vitales, incluso más hostiles y complicadas que la de los tuyos.

-Establecer y reforzar vínculos de apreciación, admiración y agradecimiento de las personas que forman parte de tu vida.

-Darte cuenta de las opciones y alternativas diversas que tiene tu hogar para realizar actividades diversas: leer, escribir, juegos, deportes caseros, salón de baile, artes diversos.

-Acompañar a las personas de tu vida en este momento tan complejo promoviendo conversaciones y momentos bonitos, evitando las quejas improductivas, comentarios negativos y catastrofistas.

-Valorar y agradecer todo lo que aún tienes posibilidad de hacer: disfrutar de la compañía de los tuyos si convives en casa con ellos u online, reírte, leer, escribir, escuchar música, pintar, cantar, bailar, jugar, ver películas, series de tv, repasar fotos€

Cuando hayamos superado esta situación emergente, todo lo que aprendamos y compartamos formará parte de nosotros y nos dotará de habilidades y competencias para afrontar posibles situaciones complicadas futuras.

Seremos más resilientes, tendremos mejor aptitud y ojalá esta situación nos sirva para desarrollar nuestra inteligencia emocional, valorar y agradecer nuestra vida y enseñarnos a convivir desde el respeto, admiración y apoyo mutuo.

*Psicóloga