No hay nada mejor que estallar en una prolongada carcajada mientras las cosas del destino ejercen de verdugo involuntario. Y por supuesto continuar riendo...

El coronavirus verifica que a los humanos lo que más nos preocupa es limpiarnos el culo. Sí, un ceñudo agujero lleno de pelos que no se peina ante ningún espejo. Es increíble ver la alegoría que el mundo le está haciendo al papel higiénico...

Lo absurdo, por lo visto, solo se calla con la acción del instinto; turbado y desesperado (en ocasiones) es genio vivo que busca el espectáculo turbado y alterado por la razón. Junto al drama cantan las demencias a grito pelado. Ya lo creo, ya, y lo peor es que lo "raro" es una extravagante manía, que se contagia más que cualquier virus. ¿Hasta qué punto determinadas cosas nos hacen pensar? Creo que junto a la alargada cara de la vida está la excusa perfecta para hacerlo.

Por lo tanto, deduzco que a los humanos lo que más nos preocupa es "cagar" y hacerlo confortablemente. Si llega el fin del mundo (sonrío) que nos pille sentados en la taza del váter (apretando con fuerza) y rodeados de rollos de papel higiénico. Solo pensarlo me desplomo con gusto. ¿Y ustedes? No sé para qué andamos tan sudorosos en la vida adquiriendo propiedades, si realmente (a los hechos me remito) la vida del ser humano está junto a la inmundicia y la mierda. No, no olvidemos que al costado de algunos actos, por estériles que parezcan, está la lectura de lo que alberga el hombre. El váter es el vencedor de nuestra existencia... Bueno, el váter y el papel higiénico.

Quizá junto al tiempo ondulante concurren los hechos que hoy son duda y mañana serán respuesta. Dentro de un tiempo, cuando lo del coronavirus sea pasado, y la vida vuelva a ser normal, tendremos al descubierto un montón de razones para pensar. El tiempo, tarde o temprano, reprende a lo absurdo y lo pone en su lugar. Miren, hemos sacado en conclusión una cosa (sonrío) al final el culo es nuestra parte más deleitosa y todos los ciudadanos del mundo lo queremos tener limpio. Y contraídos en un pensamiento así, compramos 200 rollos de papel higiénico y nos quedamos tan contentos. Por cierto es menester relajar el esfínter anal y también las neuronas.