Por lo general, los consumidores con menores conocimientos financieros son los que tienen más dificultades para llegar a fin de mes, no comprenden la importancia del ahorro, se endeudan más y además pagan un mayor tipo de interés, y más comisiones. En definitiva, son más vulnerables y víctimas potenciales a las estafas de los chiringuitos financieros.

La educación financiera es clave para poder gestionar de manera eficaz nuestras finanzas, y si queremos que el día de mañana nuestros hijos puedan manejar de forma eficiente sus recursos económicos, debemos educarles financieramente desde pequeños.

Según una encuesta realizada por Standard & Poor's (2015), agencia de calificación de riesgos, conjuntamente con diversas consultoras y universidades a nivel mundial, se ha detectado que en España, más del 50 % de los encuestados no tiene conocimientos básicos en finanzas ni sabe distinguir entre IPC y PIB.

Otras encuestas impulsadas por el Banco de España y la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores, 2016) llegan a la conclusión de que solo el 46 % de los españoles conoce lo que es el tipo de interés compuesto y solo el 49 % la idea de diversificar el patrimonio.

La falta de educación financiera también afecta a los jóvenes: la cultura financiera de los alumnos españoles de 15 años está por debajo de la media de los países analizados en la última edición del informe PISA 2015 en competencias financieras.

En Estados Unidos, es muy común regalarles a los niños por su cumpleaños un paquete de acciones de una empresa o una aportación a un fondo de inversión. Se les inculca desde muy pequeños el funcionamiento de la bolsa y del concepto del ahorro para disponer de un capital futuro para pagar sus estudios universitarios.

Por ello, es esencial que inculquemos a nuestros hijos los conceptos básicos desde pequeños. La Fundación Junior Achievement (2016) recomienda que sea a partir de los 6 años el primer contacto con las finanzas, y coincide con Unicef al recomendar esta edad para comenzar con los conceptos básicos tales como que el dinero es un recurso limitado y que para conseguirlo hace falta esforzarse.

Es cierto que muchos de los conceptos financieros, tales como productos estructurados derivados, son difíciles de comprender para el ciudadano, sin embargo, teniendo en cuenta que el dinero y la economía juegan un papel fundamental en nuestro día a día, tenemos que ser capaces de entender conceptos básicos como la inflación, el tipo de interés y el endeudamiento. Esto nos permitirá tomar decisiones responsables de inversión y financiación adaptadas a nuestras necesidades, entendiendo incluso la letra pequeña.

Cito a Warren Buffet, inversor y empresario estadounidense considerado como uno de los más grandes inversores a nivel mundial quien nos regala los siguientes consejos: no ahorres lo que sobre después de gastar, sino gasta lo que sobre después de ahorrar; no dependas de una sola fuente de ingresos, invierte para crear una segunda fuente y si compras cosas que no necesitas, pronto tendrás que vender cosas que sí necesitas.

Si finalmente queremos mejorar nuestra educación financiera, debemos comenzar paso a paso desde lo más sencillo: aprender a gestionar nuestros cobros y pagos, mantener limitadas las deudas y los gastos y dedicar una parte de los ingresos al ahorro.

Para cualquier consulta financiera existe un portal de libre acceso: finanzasparatodos.es, una web creada por la CNMV y el Banco de España dentro del Plan de Educación Financiera (2018-2021) desarrollado a partir de las recomendaciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).