El tiburón blanco genera un gran interés. Su imagen de depredador incansable y feroz, su tamaño (más de 6 metros y 3 toneladas), su poderosa mandíbula y que parece que sea capaz de engullir lo que se le cruce por delante, alimenta este interés. Recientemente se publicó la secuencia de su genoma que probablemente contiene la explicación de su larga vida, que sus heridas cicatricen con rapidez e incluso de su larga vida (más de 70 años).

El genoma del tiburón blanco, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), tiene un gran tamaño (una vez y media el tamaño del genoma humano). El tiburón blanco tiene 41 pares de cromosomas frente a los 23 del hombre. Los tiburones aparecieron en la tierra hace más de 400 millones de años. El genoma del tiburón blanco tiene numerosos genes con funciones en el mantenimiento de la estabilidad del genoma y los que reparan los daños al ADN. Estos daños están relacionados con muchos cánceres y enfermedades relacionadas con la edad.

"El genoma del tiburón blanco contiene un número muy alto de transposones, esto es, elementos genéticos 'transponibles', capaces de 'moverse' a diferentes partes del genoma. En concreto, de un tipo en concreto llamado LINE (Long Interspersed Elements, por sus siglas en inglés), de los que se sabe, que causan inestabilidad genómica al crear rupturas en la doble hélice de ADN. Es probable que la proliferación de transposones LINE en el genoma del tiburón blanco esté relacionado con la evolución de los mecanismos de reparación del ADN, así como con la selección positiva y el enriquecimiento de la estabilidad genómica.

"Los investigadores descubrieron que muchos de los mismos genes de estabilidad del genoma en el tiburón blanco eran compartidos por el tiburón ballena, que también tiene un gran tamaño y una larga vida. Según los investigadores, se trata de un descubrimiento significativo, ya que, en teoría, el riesgo de desarrollar cáncer debería aumentar tanto con el número de células (cuerpos grandes) como con la vida útil de un organismo."

"Sin embargo, al contrario de lo que se espera, los animales de cuerpo muy grande no padecen cáncer con más frecuencia que los humanos, lo que sugiere que han desarrollado capacidades superiores de protección contra la enfermedad. Las innovaciones genéticas descubiertas en los genes de estabilidad del genoma en el tiburón blanco y el ballena podrían ser adaptaciones que faciliten la evolución de sus grandes cuerpos y su larga vida útil. "

El genoma ayudará a entender la razón que permite a los tiburones cicatrizar antes y curar rápida y eficazmente sus heridas,. Es bien conocido que incluso las más grandes tardan pocos meses en cicatrizar. El genoma del tiburón cuenta con numerosos genes relacionados con la cicatrización y con la coagulación de la sangre.

El genoma es un gran paso pero necesitamos conocer como se expresan esos genes. Ojalá no se extingan antes de que podamos aprovechar este conocimiento.

La disminución de las poblaciones de estos tiburones se debe a la captura no intencionada en pesquerías en mar abierto, la pesca específica y la presión humana en zonas costeras. El estudio revela que cada vez se capturan más tiburones que aún no han llegado a la madurez. En poco más de tres décadas la mitad de las especies de tiburones que existían en los océanos han desaparecido. Por ejemplo, las poblaciones de tiburón martillo, han descendido hasta un 95%, según los datos aportados por la Asociación de la Conservación Mundial (IUCN).

"Casi un tercio de las especies de tiburón amenazadas que los barcos pesqueros de la Unión Europea capturan no es ni siquiera objetivo por su carne, sino por sus preciadas aletas, que se exportan al mercado asiático desde España y allí se utilizan como ingrediente principal de la exquisita sopa de aleta de tiburón."