En Japón han subido el IVA dos puntos porcentuales el pasado mes de octubre y se ha desplomado un 11,3% el consumo doméstico en el último trimestre de 2019, comparado con el del año pasado y el PIB se contrajo un 6,3%.

Y, a lo mejor Vd. Piensa que Japón está muy lejos y poco puede afectarnos. No se trata tanto del País, sino del impacto del incremento de la fiscalidad en un entorno de parálisis de consumo y exportación y la similitud que evidencia nuestra nueva política presupuestaria.

La CEOE de Tenerife avisa a través de su cualificado informe de coyuntura que las perspectivas para el año 2020 son de una "economía de transición" si no se activan políticas anticíclicas basadas en la estimulación fiscal de la inversión pública y privada.

También indica la subida del IGIC del 6,5% al 7% y la incorporación de las entregas de energía eléctrica o de las telecomunicaciones como una preocupación latente de un incremento de precios recortando las previsiones del crecimiento de la economía para 2020 hasta el 1,2% interanual, manteniéndose la tasa de paro entre el 19 y 20%.

Todo esto sin tener en cuenta que tenemos que negociar los fondos europeos, la intensidad fiscal de las islas, sostener los incentivos fiscales del REF en su máxima intensidad, las aportaciones del Estado a la financiación autonómica adaptada al nuevo estatuto de autonomía, la inversión del superávit de presupuestos anteriores y el cumplimiento del pago de la deuda histórica que el Estado tiene con Canarias.

Una vez que llegue todo ese presupuesto y su capacidad de influir en la economía de Canarias y, por supuesto de sus familias, el destino final del prepuesto de comunidad autónoma, Islas y Municipios, deben complementarse y orientarse a la eficiencia, viabilidad y la competitividad a corto y medio plazo para generar el empleo que nuestros jóvenes en particular y desempleados en general necesitan para sentirse dignos y mantener adecuadamente a sus familias.

Es tiempo del REF de las familias. El REF que nos sacará de la pobreza.