Junto a la contradicción de muchos principios está la unidad suspendida de muchos finales. Nuestro pensamiento, muchas veces, es la afirmación que exagera la presencia y no alcanza la razón. La vida ordinaria, la de cada día, nos hace ver que las coincidencias que no engendran afinidad están destinadas a morir... No hace falta enumerar un número elevado de razones: la principal, la intermediaria de todas (la que asiste a muchos finales) es la falta de coincidencia. Creo que lo contradictorio es la extremidad más larga de la comparación... Comparar es acercar la vivencia a la protesta del desinterés y darle su lugar. El aprecio (sonrío) hace que la comparativa sea costosa, pensamos (opinión subjetiva) que comparar es hacer de menos toda asociación determinada por un vínculo. Pienso que no existen vivencias inútiles; todas nuestras acciones tienen una utilidad. Del surgir, nace la función protectora del pensar... Hay vivencias que pueden ser evitadas, ya saben que el prever es el primer punto de vista que nos da la inteligencia, pero muchas veces preferimos no hacerle caso. ¿Cómo reprimir una tentación? A veces, aunque sea por un rato, junto a lo libertario florece (de una manera superficial) la ilusión.

Para elevar la alegría es importante no castigarnos con la vergüenza. Sí, la misma que muchas veces le aplasta la cabeza al valor y lo deja enterrado junto a palabras de doble filo: moral, insensatez y un largo etcétera.