Me apasiona contagiarle a mis Clientes la necesidad de sentirse seductores. De sentirse seguros de su esencia; su seguridad los hace atractivos, diferentes, con marca propia. La seducción se produce por encontrar justo el equilibrio entre la timidez y un despliegue personal que genera en la ciudadanía una percepción de fortaleza, que le lleve a sentir que tú eres capaz de mejorarles su vida, y para ello te ofrecen su confianza, dándote sus apoyos, su voto.

A veces me comentan muchos Clientes su creencia acerca de las motivaciones del electorado, me suelen comentar que "el voto es racional y votamos con la cabeza", a lo que yo les sugiero que votamos desde el corazón, es más un gusto, una emoción?Y por ello no deja de ser valioso y estructural, parece que reconocer la emocionalidad de algo es quitarle valor, cuando nuestras motivaciones y decisiones están regidas por deseos, necesidades y emociones.

Cada vez más segmentamos en campaña por criterios opuestos a los tradicionales como edad, sexo? y nos dirigimos a segmentos mucho más cualitativos, donde el nexo común es más emocional.

Por ello las ideologías están dejando paso a los Proyectos Políticos, donde la candidatura continúa siendo la protagonista. Hoy nos movemos de nuestros posicionamientos con mayor facilidad, nos hemos acostumbrado a lidiar con la incertidumbre, hemos aprendido a regirnos por intereses cada vez más segmentados. A cada persona le preocupa lo que ocurre a un metro de su casa, cada persona habla de lo suyo, y la candidatura política tiene la misión de conectar con esas plurales micro-necesidades.

Me encantaría que cuando hablamos de emociones lo identificáramos con acciones, y lo materializáramos, porque ahí está el secreto. Eso es lo que hacemos en coaching político, llevamos nuestros valores a las acciones y el cumplimiento del proyecto político o programa lo materializamos en micro segmentos, con un trabajo planificado y temporalizado al que le damos soporte.

Hablamos de que por encima de un interés general, la ciudadanía esta enfocada al interés particular, por ello te sugiero estas preguntas:

Cuando hablo en los diversos medios, ¿cómo preparo mis contenidos para que la ciudadanía permanezca conmigo? ¿Conozco a las personas a las que me voy a dirigir? ¿Me he interesado por sus motivaciones, por lo que sienten? ¿Por lo que les preocupa? ¿Conozco su realidad? ¿Sé lo que ven o me dirijo a ellos solo desde mi plano, desde mi realidad? ¿Conecto emocionalmente con su contexto? ¿Y cómo lo hago? ¿Realmente conozco lo suficiente acerca de la gestión de mis emociones, tanto como para ser capaz de tomar conciencia de ellas y usar las que más se adapten a ese contexto, momento o necesidad?

Todo es entrenamiento, es independiente de los años que llevemos en política. Los expertos nos cuentan que los psicólogos y coaches entrenamos a los mejores, básicamente porque los mejores aspiran al éxito, y llegan a nosotros desde la toma de conciencia de sus fortalezas y áreas de mejora, aceptan sus miedos para superarlos, quieren conocer sus emociones para gestionarlas, sienten el deseo de crecer y tomar conciencia de sus tics, analizarse en su despliegue publico, huir de los equipos contemplativos, volver una y otra vez a la casilla de salida desde el respeto y la admiración por si mismos, un regalo para la ciudadanía y para uno mismo.

Todo tiene que estar escrito, planificado y estructurado para que en el corto espacio de tiempo que puedas tener, seas certero en tu despliegue público. Si no está planificado, reflexionado y enfocado en la misma dirección perderás coherencia, credibilidad e iniciaras el camino de la inexistencia reputacional, "el descenso del Everest".

La marca es un territorio mental que ocupas en otras personas. Me encanta decir que es una experiencia. En general, todos pensamos que para tener una marca hay que ponerse en ello y es justo al revés; todos tenemos marca personal, lo que hay que preguntarse es si esa marca, esa huella es la que nosotros queremos desprender, o si es la que refleja nuestro ser, nuestros valores. Preguntémonos si nos identificamos con ella.

¿Construimos marca?

La marca viene del interior de las personas: Definir unos objetivos personales y profesionales, definir el entorno para posicionarnos, definir nuestro elemento diferenciador es clave. Se trata de ser percibido como alguien que aporta mucho más a las personas que otros, la diferencia o identidad se vincula al plus que ofrecemos al otro, ser auténtico y empático, fiable y visible.

La imagen puede escenificarse, crearse puntualmente en un acto, en una campaña, pero la huella permanece y es lo que crea identidad. La imagen impacta, la marca personal seduce.

Si como persona en la política eres una marca que hace lo mismo que los demás, no lograrás fidelizar a nadie, y como resultado encontrarás el olvido. En tiempos de campaña puede suponer perder las elecciones, y en tiempos de gobierno perder la aprobación de la ciudadanía, de tu gente, no ser reelegido.

Tipos de marca personal

1. Desarrolla homogeneidad en la imagen o presentación personal: colores, prendas.. estilo?

2. Selecciona exclusivamente 10 palabras recurrentes que siempre permanecerán en tu discurso.

3. Acaricia a las personas, incluso sin tocarlas. Recuerda sus nombres y practica la mirada, en tus contactos y discurso, entrénala.

4. Establece un Manual de Marca y aplícalo a todos los instrumentos de comunicación.

5. En tus redes diseña tus propios hashtags: específicos, entre 3 y 10 en descripción de fotos, se breve, contextualiza tu hashtag, y utiliza letras mayúsculas y minúsculas. Consulta las tendencias.

¿Liderazgo personal o hitos de gestión?

Estamos en los inicios de legislatura, desde el gobierno o desde la oposición necesitas marca, branding. La primera pregunta que me encantaría que te hicieras es ¿cuál es el camino escogido por ti, tu liderazgo personal o tus resultados de gestión? ¿Para qué quieres ser recordado en la memoria de la ciudadanía? La historia nos dice que los líderes son recordados por dos cosas: por sus hitos en gestión o por su liderazgo personal. ¡Elige!

Sé diferente, ¡marca la diferencia!, participa de la era digital, antepón tu reputación a tu ideología.

@EtikMaite

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