En una carpeta con dos discos de pizarra, estampas y hojas sueltas de prensa de 1943, comprada en un rastrillo palmero, hallé un libro mercantil con apuntes sobre sucesos isleños bajo el título de Año Vencido. Repasé el hallazgo ante la mirada de César Manrique, que, desde el respaldo del asiento delantero, predica en su centenario la fusión de arte y naturaleza que muchos osados sin recato usan para su provecho y vanidad. La frase se redondeó con la noticia del carpetazo al faraónico proyecto de Chillida para la Montaña de Tindaya; el nuevo Cabildo majorero dijo no sin matices en los últimos días que, para bien y mal, no dejaron hitos relevantes a los microcosmos isleños.

Sin el tacto y olor del papel ni la mancha puntual de la tinta, la prensa digital recoge el ciclo abierto por el primer gobierno de coalición en la cuarentona democracia española; los ecos vivos de la escandalera, los nuevos nombres y los augurios interesados de la izquierda unida y la derecha cabreada. Mi vecino de asiento, un paisano que otea sin parar, y sin callar, el mar de nubes, recuerda la simetría de gobiernos -el PSOE de Ángel Víctor Torres con Unidas Podemos y la ASG de Curbelo- y matiza que "la cosa" -como decía el gran Mingote- discurre en Canarias con menos ruido del previsible, pese a la separación del poder autonómico de CC, tras veintiséis años de hegemonía. Y anota los incendios de Gran Canaria, con doce mil hectáreas devastadas y el repunte de las pateras, y los desterrados sin esperanza en nuestras aguas como las peores noticias de 2019, el Año Vencido.

Desde el otro lado del pasillo, tercia una joven colega, reportera de TV en La Palma, que menta los ocho asesinatos de la violencia machista, un ranking afrentoso en la lista estatal, a los que el exultante y provocador integrismo, sin bajar el diapasón, da otros calificativos.

Pese a las trabas espaciales, acabamos hablando del cambio climático, de las expectativas abiertas en la Cumbre de Madrid y el desacuerdo de la declaración final. En pacto tácito y silencioso, no dimos chance al negacionismo arrogante que insulta la verdad, la inteligencia y el buen gusto en este año vencido.