Uno de los efectos colaterales de la crisis económica de 2007 fue el ajuste de la retribución media, en torno al 14%, lo que detrajo de la economía española unos 78.000 millones de euros entre retribuciones no pagadas y cotizaciones a la seguridad social.

La masa salarial en 2002 era del 48% del PIB, un 50% en 2009 y recuperándose, después de la crisis, hasta el 46% del PIB

Según los datos del INE, en los últimos 4 trimestres (último de 2018 a tercero de 2019), el crecimiento ha sido de 41.700 millones de euros, de los cuales 25.300 millones de euros se dirigieron a elevar la masa salarial de los trabajadores y 17.500 millones fueron para empresas no financieras y 6.500 a cargo de las administraciones públicas.

Así, queda palpable que los acuerdos para el empleo y la negociación colectiva, firmada pos CEOE, CC. OO. y UGT van dando frutos en cuanto a un crecimiento moderado del empleo y recuperación de los salarios, aparejándolos a la competitividad de la economía, o lo que es lo mismo, alejarnos de burbujas económicas incontrolables, para consolidar el empleo que se genere de la mejor manera posible.

Unos datos que, al no ser finalista, puede parecer insuficiente, pero que demuestra que aparejar empleo al incremento de la competitividad da buenos resultados para el empleo a medio y largo plazo.

Ahora hace falta que todos los dirigentes, públicos y privados, creamos en la sostenibilidad a medio y largo plazo de las retribuciones y la competitividad en un marco legislativo seguro, eficiente, simplificado y una presión fiscal justa y soportable por trabajadores y empresarios.