Un beso es con total probabilidad el acto universal que más expresa amor y afecto a alguien, y los hay de varios tipos, desde los que se besan para saludar hasta los que se besan porque se aman. Varias teorías se manejan sobre el origen del beso: como derivado de un impulso de succión proveniente de la infancia y la lactancia; como una tendencia canibalística o como herencia de la costumbre de algunas tribus primitivas de olfatearse y olerse. Los líderes comunistas de la Guerra Fría, Leonidas Brezhnev (URSS) y Erich Honecker (RDA) se fundieron en un solemne beso que pasó a la historia, un beso fraternal que según el protocolo era la manera en la que dos líderes socialistas debían saludarse. Mijail Gorbachov protagonizó una imagen parecida con Erich Honecker dos días antes de la caída del muro de Berlín. También el Papa Francisco en una ocasión dejó de lado la formalidad eclesiástica que obliga a saludar a los pontífices con una reverencia para besar a la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, una imagen que sin duda naturaliza la concepción del Santo Padre. Imposible no rememorar el primer beso en la historia del cine, que data de abril de 1896 en una filmación de un minuto en la que John C. Rice y la actriz May Irwin se besaban durante 16 interminables segundo en la película titulada "The Kiss". En España, el primer beso público entre dos políticos en la historia del Congreso de los Diputados de España lo protagonizaron Pablo Iglesias, líder de Podemos, con Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem. Y en la pasión mediterránea, cómo olvidar la toma de posesión del ministro de Economía griego, Yanis Varoufakis, quien se fundió en un inesperado beso con el ministro saliente Gikas Harduvelis.

El primer presidente negro de Norteamérica besó a Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz y líder de la oposición birmana, un acontecimiento que se mantiene como uno de los gestos más entrañables en la política internacional. Y para besos con valor el de las atletas rusas Kseniya Ryzhova y Tatyana Firova, que celebraron la medalla de oro del 4x400 femenino ruso con un beso en la boca en el podio; o el fantástico beso delante del stand de Vox en la plaza central de Valladolid, donde una pareja de mujeres mostró su amor en un claro canto a la igualdad y la libertad.

Luego están los besos más populistas, como los de Maduro a las dependientas de las cadenas de supermercados del Estado, o las llamadas de Mauricio Macri en Argentina invitando a una mujer al escenario para besarle el pie en medio de la euforia colectiva. Necesitamos más besos, y menos guerras, más fraternidad y amor que disputas. Pedimos el beso con mordisco, el suave y delicado, el del ángel, el apasionado, también el de piquito y el beso mariposa. Necesitamos más besos.

@luisfeblesc