Me encanta este juego de palabras, los dos estados son maravillosos, y quizás el primero nos lleve al segundo, quizás la compasión nos dirige a la pasión, ¿qué te parece si lo descubrimos juntos en esta lectura?, ¿me acompañas?

La compasión (cumpassio, comprensión, sympathia) nos hace diferentes, nos da identidad, nos diferencia y nos hace atractivos; provoca que nos dirijamos hacia lo que nos apasiona, y sólo nos hace avanzar, nos facilita nuestras relaciones personales, desarrollamos nuestra empatía, nos libera de la carga dura y agotadora del rencor, es un antídoto para nuestras creencias limitantes, y una habilidad muy saludable.

Nuestros gurús ya nos cuentan que el tan codiciado "ejecutivo al minuto" está dejando paso a la generación del "liderazgo compasivo". Hoy se triunfa desde el corazón de las personas; tanto en el ámbito empresarial como político, para el nuevo liderazgo será "obligatorio" liderar desde el "talento" de los recursos humanos que le rodean. Sin duda estamos dejando atrás el papel de jefes autoritarios para dar paso a líderes que sepan inspirar, sean honestos y permitan crecer a sus equipos.

El propio Donald Trump tiene una frase que me encanta "En la vida no obtienes lo que quieres sino lo que negocias"

En los procesos de liderazgo y negociación, minimizar las barreras o destruirlas es una necesidad. Para ello debemos de conocer los mecanismos emocionales y motivacionales de las personas, nuestro acercamiento hacia ellos es necesario para tener la información suficiente que nos permita interpretarlos.

Si a la compasión le sumamos la empatía nos aparece el perdón, esa gran habilidad que nos libera, nos genera nuestra estabilidad interna, mejora nuestra autoestima, reduce la ansiedad, estrés y hostilidad, provocándonos relaciones más saludables.

La capacidad de perdonar se entrena, es un ejercicio de constante cambio de perspectiva, permitiéndonos entender la postura de la otra persona. Es un ejercicio de análisis de nuestras creencias, y de hacernos la mágica pregunta del para qué y no tanto del porqué. Dar el paso de perdonar es exclusivamente una decisión individual, que tenemos la libertad de llevar a cabo en cualquier momento, sólo la reconciliación es cosa de dos.

A lo largo de mis años en la empresa privada, en la política, he ido descubriendo que muchas de las cosas que nos molestan en otras personas son el fruto de interpretar dichas cosas desde nuestra propia y "única" perspectiva. Damos por hecho que los demás funcionan por intenciones, cuando en muchas ocasiones es costumbre, hábito, desconocimiento o incluso, a veces, falta de habilidad para hacerlo de otra manera. Desde que desaparece la intención, se reduce el impacto emocional que puede generar en nosotros ese hecho o acción de la otra persona, minimizamos nuestro malestar y somos capaces de desarrollar un análisis objetivo de las acciones, e incluso preguntarnos si nosotros, ante una situación similar, no hubiéramos actuado igual. Es el peso de nuestro propio juicio el que nos retrasa el avance, es quizás nuestra escasa capacidad de disculparnos a nosotros mismos lo que nos impide pasar página con los demás.

E Mis 3 C de empatía

Cuestionar

Ante lo que sucede que no nos gusta, te animo a inclinarte por la duda, y a reducir las suposiciones. Es interesante que nuestro análisis se base en una toma de conciencia de las acciones que generaron tu malestar, así descubrirás lo que te hicieron y no como te sientes; despejar tu nube emocional es el primer paso.

Conectar

Hazte infinidad de preguntas que te acerquen a esa persona, que supuestamente te traiciona o te hiere. Cuáles son sus miedos, cómo es su vida, cómo son sus relaciones, cuáles son sus intereses, sus pasiones, sus motivaciones? cualquier pregunta que te acerque a su realidad. Esas mismas preguntas que le hago hacerse a mis clientes cuando desarrollamos sus discursos políticos, ser capaz de sentir aquello que siente tu auditorio te dará la conexión?.

Crear Perspectiva

Desde esa nueva realidad iniciamos el camino de analizar la actitud del otro? Y reinterpretamos desde una nueva perspectiva, que nos lleva a grandes dosis de empatía.

Me gusta pensar que la pasión que sientes por alguien pasa por la compasión que esa persona siente hacia ti, ese sentimiento que te impacta, que conecta contigo, esa persona que te dice de muchas maneras que te comprende, y por la que al final lo darías todo. Creemos que somos áreas estancas, como los compartimentos de un submarino, cuando en realidad somos un único ser humano que deambula por la empresa, por la política, por la familia, por la amistad? como decía mi mami: "¿para qué el rencor?, ¿qué sentido tiene, si pasan los años y al final ni siquiera sabes cómo empezó todo?" Quizás el secreto es adelantarnos a esos años, ni siquiera dejar que los años pasen?

Ya nos lo dice Cepeda en esta canción que me encanta.

"Por ti estaré, ya estuve y estaría?

Puede ser que nos espere un huracán en cada esquina

Y que el miedo pueda mas que el corazón...

Ya sabes que dirán si al fin cedemos

¿Y a mí qué más me da si es nuestro juego?

Que por ti estaré, por ti ya estuve y estaría?"