Las reuniones entre el PSOE y Esquerra Republicana recuerdan a las novelas de adulterio. Se encuentran clandestinamente en lugares alejados del centro, donde proliferan los moteles para parejas descarriadas, y entran y salen por el garaje, con las solapas del abrigo levantadas al objeto de que no se les vea la cara. La duración de las citas viene a ser la misma también que la de los amantes furtivos. Y siempre en horas de oficina, para que en sus domicilios no se note la ausencia. Si los cogen con las manos en la masa no dicen aquello de "no es lo que parece", pero se justifican con un lenguaje harto confuso: "Constatamos avances en la definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político sobre el futuro de Cataluña€".

¿Qué han querido decir? Nada. Lo que ocurre es que a veces no queriendo decir nada se dice algo. Sucedía con los llamados "cadáveres exquisitos" de los surrealistas, que consistían en escribir a loco a partir de una palabra o una frase que te pasaba el compañero de mesa. "El cadáver exquisito beberá el vino nuevo". Tal fue la oración gramatical que dio nombre al género y que no significa nada en la superficie, pero que tiene mucho mar de fondo. Mucho inconsciente. El inconsciente está poblado de avances en la definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político etcétera. El PSOE y Esquerra jamás habrían adivinado de sí mismos que, además de adúlteros, eran surrealistas. Adriana Lastra y Rufían se han puesto a la altura de André Bretón y Tristán Tzara.

Textos zombis, en fin, dignos de situaciones de vodevil. El vodevil es el género de los equívocos por antonomasia (signifique lo que signifique antonomasia). De ahí que en los escenarios donde se representan haya varias puertas por donde los actores no hacen otra cosa que entrar y salir. A veces el que parece entrar está en realidad saliendo, por eso lo llamamos también "comedia de enredo". El PSOE y Esquerra necesitan enredar mucho antes de alcanzar un acuerdo que satisfaga a los electorados de las dos formaciones. Necesitan volver a la gente un poco loca. Nada por aquí, nada por allá. Lo hasta aquí escrito no es un análisis político, sino una crítica literaria.