En 2004 fue introducido el CLIL (Content and Language Integrated Learning). Hubo una evaluación externa de CLIL en 2014, publicada por la Consejería de Educación y Universidades de Canarias. Sus autores son Mª Jesús Frigols Martín y David Marsh.

En el curso 2016/17, el PILE (Plan de Impulso de Lenguas Extranjeras) dio comienzo de forma experimental en catorce centros de Infantil y Primaria. El objetivo de la Consejería es que para 2030-35, entre el 30-50% del currículo sea impartido en inglés en tantos centros de Canarias como sea posible.

Asimismo, AICLE (Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lengua Extranjera) fue introducido en el año académico 2017/18. Es un plan transitorio para que los demás centros pudieran incorporarse paulatinamente en el citado plan PILE.

¡Tantos acrónimos!... Lástima que alguien de la consejería no consultara a una persona bilingüe para evitar asociaciones negativas con sus planes de bilingüismo. Por ejemplo, PILE (singular) en inglés significa 'un montón'. Lo utilizamos en frases como las siguientes: a pile of dirty dishes ('un montón de platos sucios') o a pile of homework ('un montón de deberes'). El plural de PILES es muy divertido también. Invito a la gente a que lea este artículo a buscar en su traductor de Google lo que significa 'piles'*.

Entonces, el plan de la Consejería de Educación y Universidades es seguir con AICLE/PILE, aumentando la cantidad de asignaturas impartidas en inglés, a pesar de los resultados de la enseñanza bilingüe desde 2004. Alguien en la Consejería debería interpretar el consejo de su médico: si la medicina no mejora su condición o hay efectos secundarios, busque otra alternativa.

Una cosa muy importante sobre el ranking Canarias es que no tiene nada que ver con el esfuerzo de los miles de profesores y profesoras y maestros y maestras buenísimos en los colegios públicos canarios, preocupados por el bienestar y la educación de sus alumnos. Sin embargo, proyectos como AICLE/PILE, de la Consejería, no les ayudan en su trabajo.

El objetivo principal de los proyectos AICLE/PILE es el siguiente: "Mejorar el proceso de aprendizaje de la lengua extranjera mediante el incremento de las horas de inmersión en el idioma en la enseñanza de régimen general" (BOC nº 920, 4/7/2017).

Según la Asociación de Enseñanza Bilingüe (AEB), hay dieciocho proyectos de enseñanza bilingüe en España (diecisiete en las comunidades autónomas, más uno del MEC). Cada uno con su propio modelo y normativa. Hasta Xavier Gisbert, el presidente de la AEB, califica la situación como "descontrolada". Tan descontrolada que la propia AEB quiere "promover un estudio para evaluar los programas de enseñanza bilingüe en España". Todo ello a pesar de que algunas comunidades autónomas han tenido proyectos de enseñanza bilingüe durante quince años.

De lo que he visto de la AEB (info@.ebspain.es), considero que es muy precisa en diagnosticar el problema. Según el señor Gisbert, en los modelos de enseñanza bilingüe en España se desprende lo siguiente: falta de un modelo de bilingüismo en España, falta de liderazgo, falta de competencia (los perfiles de las personas encargadas no coinciden con los puestos que ocupan, y hay profesores y maestros dando clases de enseñanza bilingüe sin el nivel adecuado de inglés) y falta de recursos.

Yo no sé si la AEB es tan buena en ofrecer las soluciones adecuadas. Recuerde que algunas comunidades autónomas han tenido proyectos de educación bilingüe durante quince años.

Entonces, ¿qué nivel de imparcialidad podemos esperar de un estudio de enseñanza bilingüe hecho por la Asociación de Enseñanza Bilingüe? La pista está en el nombre.

Desde el año 2000, PISA evalúa cada tres años a estudiantes de 15 años, de más de setenta países, en lengua, matemáticas y ciencias. Las pruebas también recogen información sobre el alumnado y el profesorado, prestando atención a sus experiencias escolares, sus entornos de aprendizaje y su futuro académico, además de sobre cómo se gobiernan sus institutos para identificar los factores que influyen en el rendimiento de los estudiantes. Hasta 2015, España siempre había estado por debajo de la media de los estudiantes mundiales. Los parámetros españoles han ido mejorando, aunque todavía no alcanzan la media de Europa. En Canarias, menos.

Hay otros estudios sobre los efectos de la enseñanza bilingüe. Uno fue hecho por la Universidad de Madrid (UMA), junto con la Universidad College de Londres (UCL). Entre sus conclusiones, se descubrió que "los alumnos de centros bilingües en Primaria obtienen peores resultados que los otros alumnos".

Cada vez que he mencionado este estudio, aficionados de la enseñanza bilingüe me han comentado que "este estudio es de alumnos de 2004", como si un estudio universitario fuera como un cartón de leche, con fecha de caducidad. Si vamos a descartar estudios por estar caducados, deberíamos también hacerlo con uno de los estudios de CLIL: el antecesor de AICLE/PILE. Muchos de ellos vienen del milenio anterior.

Uno de los resultados negativos detectado en el informe de UMA/UCL afecta principalmente a alumnos cuyos padres tienen un menor nivel educativo, mientras que apenas aprecia diferencia en los estudiantes cuyos progenitores tienen un mayor nivel de estudios: "Podemos establecer muchas hipótesis sobre las razones por las que ocurre: como recibir más ayuda en casa, tener más recursos, estar más expuestos a entornos donde se usan más otras lenguas o donde hay mayor riqueza lingüística", en palabras de Jesús Carro de la UMA.

Este punto coincide con uno de los puntos de la evaluación externa del programa CLIL, publicado por la Consejería de Educación de Canarias en 2014. Los autores son Mª Jesús Frigols Martín y David Marsh, el padrino de CLIL en Europa. En una encuesta a los padres de Primaria sobre el nivel de satisfacción, solo el 42% estuvo satisfecho con la enseñanza de Conocimiento del Medio en inglés, el área tradicionalmente elegida para ser impartida en inglés (página 146). Seguro que los padres que lean este artículo sabrán por qué: quieren ayudar a sus hijos con cono o naturaleza, pero no entienden el inglés.

Según el punto 8 de la evaluación externa de Martin/Marsh, en la sección de cuestionarios al alumnado de Secundaria, se destaca lo siguiente: "Pertenecer al programa y estudiar determinados contenidos en inglés en materias no lingüísticas ha dificultado o está dificultando mi progreso en estas asignaturas". La mayoría respondió que sí.

La conclusión destacó que "este resultado resulta preocupante. Es difícil determinar si los alumnos están diciendo que aprender a través del inglés es más difícil, que, sin duda ninguna lo es, o si les cuesta avanzar como harían si estudiaran en español. Es llamativo el contraste entre la percepción con respecto a la dificultad del proceso de aprendizaje de los contenidos y la percepción con respecto a la adquisición de destrezas en la lengua, muy positiva a juzgar por las respuestas a las preguntas anteriores".

Estas son las opiniones del mismo alumnado que hace las pruebas de ciencias en PISA.

Otro punto interesante de la evaluación externa del CLIL fue la pregunta del uso de inglés/español en las clases de CLIL (página 98): ¿se ha utilizado siempre la lengua inglesa en las actividades en que estaba previsto su uso? El 65% dijo que no.

La conclusión en la evaluación fue: "El uso de español en las clases de CLIL es lógico y deseable en alternancia con el inglés para llevar a cabo determinadas tareas o actividades previamente programadas. La necesidad de recurrir a él de forma no programada puede indicar falta de destrezas lingüísticas por parte del profesorado, del alumnado o ambos."

Y esto es lo que la Consejería le llama una enseñanza bilingüe. Creo que este resultado de la evaluación externa es una foto de la situación actual en las clases de AICLE/PILE hoy en día en las aulas canarias.

Entonces, ¿qué efectos ha tenido la enseñanza bilingüe? Desde 2000, en las evaluaciones PISA, los parámetros españoles han ido mejorando. Aún no alcanzan la media de Europa. Los dieciocho proyectos de enseñanza bilingüe significan más clases de inglés. Lógicamente, esperaría una mejora en el nivel de inglés. En Madrid, en los exámenes de PAU del curso 2015/2016, los bilingües obtuvieron una media de 7,58 frente a 6,54. Pero ¿a qué coste en el resto del currículo?

No obstante, la enseñanza bilingüe ha provocado efectos secundarios: una segregación entre el alumnado.

En la página 136 de la evaluación externa de Martin/Marsh, punto 14, en la sección del alumnado de Secundaria: "¿Pertenecer a un grupo CLIL ha dificultado mi relación con el resto de los alumnos/as del centro?" Otra vez una mayoría contesta sí.

La conclusión destacó: "Este resultado es preocupante. Habría que indagar con mayor profundidad en qué centros, aspectos y hasta qué punto, para tomar medidas correctoras con la finalidad de evitar el efecto dos centros en uno".

Según la orden 3331/2010, de 11 junio de 2010, de la Comunidad de Madrid: "Por los institutos bilingües de la Comunidad de Madrid, el equipo directivo del centro determinará la incorporación de alumnos a la sección bilingüe de acuerdo con el expediente académico, los resultados de la prueba externa de inglés (¿quién paga por eso?) de 6º de Primaria y de la prueba de conocimientos y destrezas indispensables, y con cualquier otro criterio objetivo que comporte la comprobación del nivel de conocimiento de inglés de los nuevos alumnos".

Esto es lo que ha ocurrido en Madrid después de quince años de enseñanza bilingüe. ¿Qué va a ocurrir en el sistema educativo de Canarias?

También hay segregación entre el profesorado; hay un incremento salarial por participar en AICLE/PILE; también hay más puntos por promociones o concursos de traslado. ¿Y qué le ocurriría al profesorado que no tiene un nivel de inglés ni ganas de conseguirlo? ¿Serán profesores de apoyo?

A pesar de los resultados académicos de ciencias desde 2000, a pesar de la segregación entre alumnos y la segregación entre profesores, hay políticos y educadores que todavía defienden una enseñanza bilingüe. Fueron seducidos por la palabra bilingüe. Según David Marsh, coautor de la evaluación externa de CLIL en Canarias, padrino de CLIL en Europa y asesor del Gobierno de Finlandia sobre innovación pedagógica: "La palabra bilingüe es peligrosa y genera falsas expectativas. Esas expectativas generan la ignorancia. Mucha gente piensa que ser bilingüe es dominar en la misma medida dos lenguas. Los padres creen que si llevan a su hijo a un colegio bilingüe adquiriría otra lengua a corto plazo. Ha llegado el momento de revisar el significado de escuela bilingüe. En la mayoría de los países, las escuelas bilingües están ubicadas en zonas privilegiadas, donde los alumnos proceden de familias con altos ingresos y viajan al extranjero. No son ejemplos reales, sino una excepción. El término bilingüismo es capcioso".

Los defensores de AICLE/PILE son gente que ha elegido con su corazón y no con su cerebro.

Los defensores de AICLE/PILE son gente como los ingleses, que piensan que el brexit es una buena idea para el Reino Unido.

* Piles significa 'hemorroides'.