Me parece maravilloso, por un momento, detenerse y preguntarnos si todo lo que desplegamos públicamente nos acerca a nuestro éxito; repasemos juntos algunos de los secretos del liderazgo político, esos hábitos que nos acercan y, en ocasiones, nos alejan de lograr una reputación.

El 11 es un número que me fascina, aparenta ofrecernos un mayor desafío, tiene la asimetría de los números impares y, además, es un número primo, sólo divisible por uno o por sí mismo; a lo largo de mi vida, de alguna manera, ha sido un talismán, y así me gustaría que fuera para vosotros.

Desde el talismán que es, me encanta reflejar ese camino que desarrollamos dentro del liderazgo político, nos sentimos especiales, diferentes; en ocasiones, superiores, enamorados de ese poder que nos traslada a realidades diversas, ensimismados por el reconocimiento, fascinados porque nos hacen sentir especiales, reconocidos€es humano que eso sea así. El poder tiene esa fuerza, nos gusta, nos enamora y, de alguna forma, nos seduce.

Me encanta decirle a mis Clientes que la permanencia en el poder viene justo en sentido contrario, no tiene que seducirte el poder, tienes que seducir tú al poder. Es el secreto para sustentarlo, para estar ahí al 100%, para lograr no saciarte nunca de él, y que no te erotice.

En muchas ocasiones mi papel como psicóloga, como coach, es hacer que el proyecto político y el proyecto personal vayan de la mano. Porque en muchas ocasiones el principal reto del político es gestionar intereses contrapuestos. Nuestra misión es generar un amplio marco de reflexión donde el político decide con mayor precisión; potenciamos la diferenciación entre persona y personaje público, definiendo entornos diferentes.

Desarrollamos dos aspectos de gran importancia en el liderazgo político de éxito: la calidez y la energía. Esa energía es la que nos dirige a cuotas altísimas de motivación, ilusión y objetivos cumplidos, la que desarrolla visión y arrastra a los seguidores hacia lugares a los que sin cada uno de vosotros difícilmente hubieran podido llegar.

La confianza, ese bien exquisito que nos correlaciona con la coherencia, la sinceridad y los valores; eso que nos aporta credibilidad. Comunicar aquello que es verdadero representa el punto culminante de un buen líder. Hay una cita de Picasso que me encanta, la que dice "que la inspiración te pille trabajando". El liderazgo político requiere de dos ingredientes básicos: un alta dosis de pasión y, como le pasa a los buenos pilotos, muchas horas de vuelo.

Ahí van esos 11 hábitos que te habilitan o deshabilitan como líder. Hazte habitualmente las siguientes preguntas y reflexiones:

1. ¿Tomas consciencia de ti mismo? Significa que en el desarrollo de nuestro liderazgo debemos ser conscientes de nuestras fortalezas y de nuestras áreas de mejora, para así ponderar una adecuada toma de decisión.

2. ¿Desarrollas un equilibrio en la forma que procesas la información? Es interesante a la hora de tomar una decisión analizar puntos de vista diferentes a los nuestros; para ello nuestros equipos deben de tener un conocimiento amplio de los temas y, en ocasiones, una especialización por encima de la nuestra. Auto gestionar nuestras emociones, nos lleva a auto gestionar nuestros pensamientos, y a tomar unas decisiones no sesgadas. El equipo que construyes para ganar no tiene que ser el que te permita gobernar. Nos acomodamos a equipos complacientes y eso nos lleva a un liderazgo político poco sustentado, débil y cortoplacista.

3. ¿Apuestas por profesionales que te asesoren, fuera de todo compromiso ideológico? ¿Existe un proyecto de desarrollo para la cantera de tu partido, existe esa preparación necesaria, existe una hoja de ruta, o vamos a la ocupación directa? ¿Trabajamos y desarrollamos a nuestras juventudes? Sin una hoja de ruta y una trayectoria de desarrollo y formación es fácil que afloren planos de ambición a corto plazo. Esa ambición es sana, mientras que vaya acoplada a los tiempos del Partido, tus equipos tienen que estar acopladas a ti, y cuando las ambiciones vienen empujando perjudica a tu proyecto político.

4. ¿En qué piensas que está basada tu comunicación? En ocasiones pensamos que nuestra comunicación tiene que estar basada en `eso´ de lo que hablamos, y olvidamos que `eso´ es un porcentaje mínimo de todo lo que nosotros desplegamos públicamente. No confundamos nuestra comunicación con discurso político.

5. ¿Cuidas tus raíces políticas? Sigamos siendo referente dentro de las estructuras orgánicas y funciones de nuestro Partido. Es fácil y humano dirigirnos y centrarnos en nuestros cargos públicos, las reglas nos obligan a mantener ese doble objetivo, no te dejes llevar por ese cumplimiento de objetivos exclusivamente, es necesario compatibilizar.

6. Vivamos con un triple objetivo: personal, político y de Partido. La buena gestión de esta terna funciona.

7. ¿Mantienes viva tu vida familiar, amistades y ocio? Es nuestro mayor antídoto para aterrizar en la realidad que nos permite conectar con la ciudadanía. Conciliar es una de las claves emocionales dentro del liderazgo político.

8. Desarrollemos nuestra marca, diseñemos públicamente nuestra seña de identidad, nuestros valores. ¿Hemos apostado por un proyecto que nos define o diferencia? ¿Para que vamos a pasar a la historia de nuestro municipio, de nuestra comunidad, región, cabildo? No podemos ser uno mas en el océano, ¡diferenciémonos!

9. Seamos coherentes, para que aquello que sentimos y pensamos quede reflejado en nuestras acciones.

10. Siempre con nuestra hoja de ruta presente, siempre con nuestro plan de acción.

11. Entrena una y otra vez, dedica espacio a la reflexión; juega a la oca constantemente, visiona la casilla de salida como una posibilidad de reinventarte. Nunca des todo por perdido, nunca des todo por ganado.