El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha detectado que el país está intranquilo por el clima de inestabilidad política. Que los catalanes la lían una y otra vez. Que pueden condicionar el futuro gobierno de España. Que Pedro Sánchez anda desmelenado queriendo llegar a La Moncloa pero con miedo al precio del pasaje. Todo eso lo piensa la gente, que suele tener más de una neurona rebotando por el cerebro. Y mientras, la derecha ultra se frota las manos. No solo no está nerviosa, sino que está disfrutando. Porque todo este jaleo es el mejor abono para los postulados de los de que defienden eso de España Una, Grande y Libre, que no hacen más que ganar adeptos día tras día.

Para tranquilizarnos a todos, con un soplo de fresco sosiego, Pablo Iglesias ha escrito hace unos días un artículo contra la Monarquía. Se titulaba ¿Para qué sirve hoy la Monarquía?. Y terminaba concluyendo, naturalmente, que para nada. Iglesias utilizó un título muy polivalente. Cualquiera podría escribir un artículo que dijera ¿para qué sirven hoy los partidos políticos? Y terminaría respondiéndose lo mismo que en el caso anterior. Con la diferencia de que el costo de mantener a Felipe VI y su numerosa familia resulta infinitamente más barato que el de sostener todo el tinglado de inútiles e ineficaces aparatos políticos que han secuestrado la democracia en su propio oficio y beneficio.

Lo último que necesitamos ahora mismo es ponernos a discutir la abolición de la monarquía parlamentaria y la implantación de la república. Básicamente porque con los años hemos comprobado que, como decía Den Xiaoping, gato blanco o gato negro, qué más da si caza ratones. Lo que pasa es que Pablo, que es muy listo, en plan maquiavélico, quiere blanquear a los catalanes y su sueño republicano. ¡A ver: que lo que quieren los chicos de los CDR no es quemar contenedores y cortar carreteras!. Eso lo hacen porque les obligan. Lo que quieren es que sus brazos políticos, Junts per Cataluña, Esquerra y las CUP, declaren la república, que es la forma más elevada de gobierno que conoce el ser humano, que diría Cicerón. Una república que en el caso de Cataluña sería marxista-leninista-maoísta con butifarra.

Que el líder de la izquierda verdadera se ponga ahora a hablar de acabar con la monarquía es como si fuéramos pocos y pariese la abuela. Como no hay problemas, lo mejor es crear uno más, aunque no exista. Pero a Pablo se la refanfinfla. Por eso suelta : mejor por elección que por fecundación. Poco discutible. Una frase genial, como aquella de asaltar el cielo. Y luego ya veremos, que el pueblo, como ya bien se sabe, tiene memoria de pez.

Aquellos imperfectos meapilas de la transición, con sus miedos y sus lastres, trajeron la democracia y las libertades. ¿Qué han traído los actuales líderes que no sea el enfrentamiento estéril? ¿Para qué sirven hoy los partidos? Mejor por insaculación que por elección.