Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida

(Picasso)

Pertenezco a una generación de médicos que en 2013 sufrimos la absurda orden del Gobierno de Canarias de jubilarnos forzosamente al cumplir 65 años, una torpe medida no adoptada así en todas las comunidades autónomas, basada solo en criterios economicistas y aplicada sin tener en cuenta la edad media de los médicos españoles, que, al igual que la de la población que atendemos, es cada vez más avanzada.

Una decisión que no tuvo en cuenta las consecuencias en las necesidades de médicos según qué comunidad autónoma y lugar de trabajo, porque no era lo mismo el medio rural, donde la sustitución no es fácil, que el urbano. Una generación que, sin embargo, hemos marcado un antes y un después en el concepto de la mal llamada tercera edad, porque si bien es cierto que tenemos más años, en general no hemos envejecido como nuestros padres o abuelos, y de hecho procuramos un envejecimiento activo, no nos paran las lógicas limitaciones físicas y psíquicas de la edad, y seguimos aportando experiencia y actividad a nuestra sociedad, sobre todo porque resulta totalmente ridícula la idea de que la actividad profesional acaba a los 65 años.

Y es cierto que nos vinieron con la cantinela de que podíamos continuar ejerciendo en la sanidad privada, claro, pero se da la circunstancia que aquellos que más hemos apostado y aportado nuestro buen hacer a la sanidad pública, al llegar la jubilación, las condiciones y obstáculos burocráticos para ejercer en el ámbito privado son tan complicados que el porcentaje que lo hace es cada vez menor, dependiendo de la especialidad y de si esa actividad privada ya estaba consolidada, pues en ese caso resulta más factible, y si no, un reto difícil.

Una cuestión que precisa de un debate profundo y abordaje inteligente, dado que según el Informe Estimación de la oferta y demanda de médicos especialistas, España 2018-2030, la disponibilidad de médicos, y en general de trabajadores del Sistema Nacional de Salud, no es la misma en la década de los 80, que España graduaba 30.000 médicos al año, que a comienzos de los 2000, con unos 4.200 saliendo cada año de las universidades con el título bajo el brazo.

Lo que se traduce en que ahora exista una gran base de población médica de avanzada edad, pues si bien el grueso de efectivos hombres sigue estando en el intervalo 50-59 años, en 2018 el porcentaje de mayores de 60 aumentó notablemente, mientras el 13,6% de las médicas tienen más de 60 años, dado que la feminización de la profesión ha sido un fenómeno posterior. Es por ello que, según datos de 2018, el 31,3% de las médicas son jóvenes (menos de 39 años), frente al 17,5% de los hombres. Aun así, la proporción de médicas jóvenes sobre el total también se ha reducido (en 2007 era del 36,2 por ciento), en paralelo al aumento de las mayores, resultando muy preocupante que el 61% de los médicos de familia tienen de 50 a 65 años, con la consiguiente previsión de déficit de médicos de familia, sobre todo en el entorno rural. Concretamente en el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, el número de jubilados ha ido en aumento en los últimos años, y así, al día de hoy, 5.541 están en activo y 596 jubilados, o sea, uno de cada cuatro colegiados, el 10,8%, está jubilado.

De ahí la perentoria necesidad de hacer más flexible la jubilación médica, para que sea paulatina y no cree vacíos de forma masiva, siguiendo el mismo criterio en todas las comunidades autónomas, donde cada una se ha buscado la vida a su manera, debiendo establecer el Ministerio de Sanidad para todas el mismo criterio, contemplándose tanto la jubilación anticipada sin pérdida de derechos como su retraso en caso de que se conserven las condiciones físico-psíquicas necesarias para el ejercicio de la profesión, o sea, una jubilación flexible entre los 60 y 70 años, un envejecimiento activo.

Y es que la vitalidad, la curiosidad, la pasión y la creatividad no tienen edad.

*Excirujano y profesor del Hospital de la Candelaria. Exsenador y vicepresidente de la Comisión de Sanidad del Senado. jvicentegbethencourt@yahoo.es