Qué mal rollito cuando el que te presta el dinero te manda un aviso de que vas por mal camino. Bruselas ha lanzado otra áspera advertencia al Gobierno español que sigue en esa fiesta del gasto público que no tiene fin, extendiendo cheques para los que no tiene fondos. Las previsiones para el próximo año 2020 no convencen a la Comisión Europea porque siguen sin aplicarse los ajustes exigidos y porque no se reduce la deuda pública según las previsiones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

La recomendación comunitaria es que el incremento del gasto público para el año próximo no excediera del 0,9%. En las propias cuentas del Gobierno español supera el 1% y en las ajustadas de Bruselas llegará por encima del 1,2% del PIB. El déficit estructural español (la diferencia de menos ingresos y más gastos de naturaleza constante, que se origina independientemente de la influencia del periodo económico) se desviará entre el 0,6% y el 0,8% del PIB sobre lo que quiere Bruselas. O lo que es lo mismo, que rondaríamos un pufo de casi diez mil millones, en el peor de los casos. El objetivo de déficit del 2% del PIB para este año y del 1,7% para el próximo no se cumplirá.

La buena noticia es que la economía española va bien. Es decir, que seguirá decelerando, pero creciendo por encima de la media de la zona euro. El problema no está en eso, sino en el desmedido gasto público, en el incremento permanente del endeudamiento para sostenerlo y en la mastodóntica Administración pública española, que se niega a ajustarse a sí misma

Bruselas advierte a España sobre la necesidad de adoptar nuevas medidas compensatorias para garantizar la sostenibilidad de las pensiones, invita a las autoridades a adoptar las medidas necesarias dentro del proceso presupuestario nacional para asegurar que en 2020 se cumplirá con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y conmina a emplear cualquier ingreso extra a reducir la deuda. Sin entrar en nuestros demonios interiores -nuevas leyes que comprometerían más recursos- la Unión Europea señala que el principal incremento presupuestario español para el próximo año se corresponde con los incrementos salariales a los trabajadores públicos (entre 3.300 y 4.600 millones). Y también nos sugieren el hecho evidente y preocupante del desplome del sistema de pensiones, que no ha sido asegurado por unos políticos que practican la política del avestruz: enterrar la cabeza y pensar que las pensiones se sostendrán con cargo a préstamos de unos Presupuestos que ya no dan ni para atender los gastos ordinarios del país.

Ustedes dirán que podríamos, perfectamente, mandar a freír puñetas a los señores de Bruselas. Grecia lo intentó -cuando la izquierda de Syriza llegó al Gobierno- y se lo comió con papas guisadas. No podemos por la sencilla razón de que lo que nos sostiene en pie es la generosa política monetaria expansiva del Banco Central Europeo, que es quien afianza nuestra deuda impagable. Bruselas no advierte con balas de fogueo.