Tenemos estrella. La gastronomía canaria vuelve a constatar lo bueno que estamos, con nuevos reconocimientos para el arte culinario con acento del terruño. Y es que sí, las islas están para comérselas. Ya no es una moda pasajera, es una realidad: la cocina del Archipiélago es superlativa. Y tenemos para todos los gustos, hasta para los paladares más exigentes. Es la sapidez más rica que vas a encontrar. Nos hemos convertido, gracias a nuestro brío y devoción, en centro de referencia de la alta cocina, de la de autor y de la casera; de ciudad, de barrio y de campo. También de mar, que no podía ser menos con esa gran despensas que tanto debemos cuidar. Ya no solo es la magia de doña Candelaria haciendo el escaldón, o Paco el "moreno" desmenuzando la carne cabra, con ese recuerdo de los más viejos preparando los ricos platos con los que nos han cautivado nuestras abuelas. Nuestra cocina va más allá, recogiendo el testigo de otras generaciones para hechizarnos con la seducción de los productos más frescos y reconocidos. Los nuevos chefs ya no son esos antiguos personajes clásicos, sudorosos y cabreados en su cuartel de mandos, ahora son jóvenes, hípsters, tatuados, sin tatuar, modernos y estudiosos... que aplican la transversalidad para confeccionar sueños gastronómicos. Todo está cambiando, para bien, porque se ha logrado conservar, a través de una simbiosis extraordinaria entre lo tradicional y lo innovador, una marca de promoción. Quién nos iba a decir que conoceríamos el sabor de un puchero en una croqueta, o el matiz de las papas piñas y costillas en un sorbete de vaso largo. Se acabó lo de mirar con sana envidia a los mesones y restaurantes de Península, ahora exportamos calidad, con vinos y quesos de alto valor que son cotizados en el mundo. Canarias está para comérsela, para degustarla con paciencia, disfrutando cada bocado con el sano placer de nuestra calma. Que no, no solo somos sol y playa, somos cultura, innovación y arte culinario, del bueno, del de repetir. Tenemos cocina con alma, con esmerado cariño y capaz de fusionar lo real con lo imaginable. Una arepa de gofio rellena de carne mechada de rubia gallega o una trucha de conejo con salmorejo canario inyectado, no son ensoñaciones, son respuestas tangibles a las maravillas creativas de algunos restaurantes con estrella Michelin que utilizan productos cien por cien canario. Ya es hora de presumir, toca cantarlo bien alto, porque nos codeamos con lo más top, y ya somos referencia en Europa y el mundo. Asistimos a un nuevo panorama, a un estilo diferenciado que se antoja interclasista. Te puede gustar o no el fútbol, ser un apasionado del tenis y pasar de las carreras, pero es casi imposible descartar una buena cena en los miles de restaurantes que disfrutamos en las islas. Para todos los gustos y precios, pero siempre con la mirada puesta en las delicias culinarias que con tanto esmero nos ofrecen tabernas, asadores, restaurantes y guachinches. Y qué mejor maridaje que con buenos vinos canarios. Lo dicho, felicidades a los nuevos estrellas Michelin y enhorabuena a todos los que hacen patria con el verdadero consenso de todas las sociedades democráticas: la gastronomía.

@luisfeblesc