Manuel de Blas, catedrático de Teoría del Estado y especializado en el estudio del nacionalismo, ya en 1997 manifestaba que resultaba extraño que se hubiera dado la espalda a un tema cual era el de la autodeterminación aludiendo a lord Acton cuando se preguntaba por la naturaleza del nacionalismo adelantando una perspectiva para explicar su atractivo, que hoy en día puede servirnos para comprobar como la idea de autodeterminación continua siendo dominante en los escenarios del debate político como si fuera un objetivo remoto o ideal que genera una energía que no puede ser confinada al campo de lo imposible o baldío.

Proponía Manuel de Blas en aquel momento, que lo que interviene en este derecho es simplemente un proceso de dialogo instalado en un territorio concreto .Si agotado este dialogo se mantuviera este derecho por un numero importante de ciudadanos habría llegado el momento de estudiar una reforma constitucional y las garantías procedimentales para una eventual consulta popular mediante un referéndum ya consolidado y legalizado en la constitución.

Y efectivamente estamos aun en un tiempo histórico que no se acompaña y simultanea con los acontecimientos .Hay territorios, como Cataluña, que desde que fue instaurada el decreto de Nueva Planta por Felipe V eliminando sus fueros se ha venido con esa rémora histórica que ha costado disgustos de todo tipo no existiendo por parte del nacionalismo español búsqueda alguna a las situaciones políticas , sobre todo, de aquellos territorios considerados como nación antes que existiera la unión de Castilla y Aragón.

Pero no vayamos tan atrás en el tiempo ya que esto nos podrá situar en una cuestión candente y que los políticos que son los que desandan estas cuestiones deberían tener en cuenta lo que en otros momentos decidieron personajes para la historia.

No vamos a descubrir la talla política de Azaña pero si recordar su talante y su enjundia intelectual. El 7 de Enero de 1934 en un mitin en la plaza de Cataluña con motivo de las elecciones municipales refrendó el discurso que había dado en 1931.Dijo que "si el pueblo catalán mayoritariamente quería asumir el derecho de autodeterminación que la constitución no contemplaba y que era totalmente incompatible y dominara la voluntad de irse, de remar sola en su navío, seria justo el permitirlo y nuestro deber consistiría en procurar el menor perjuicio posible para unos y otros y desearles buena suerte hasta que cicatrizara la herida y pudiéramos establecer, al menos, las relaciones de buenos vecinos".

Son dos versiones, una teórica y otra política que han abordado con realidad la cuestión de la autodeterminación aun pendiente que habría que buscarle encaje en una constitución que se apruebe por una mayoría necesaria y suficiente.

Hasta que no llegue ese momento las soluciones territoriales estarían en un escenario de inconformismo, a no ser, se de un paso decidido hacia un nuevo modelo de estado, que aborde el Titulo VIII actual que derive hacia un federalismo o confederalismo , tal como esta' hoy concebida la Unión Europea.