El socialista Indalecio Prieto se refirió al PNV como el partido vaticanista, era bilbaíno de adopción y conocía bien el nacionalismo vasco. Hay centenares de libros escritos sobre ETA, pero casi nada de Sabino Arana, el Moisés del conjunto nacionalista. El PNV que posee los derechos de autor no está por la labor de que se conozca a su venerado fundador y guía. Su racismo puede superar el Mein Kampf de Hitler. El odio de Hitler a los judíos es en Sabino Arana absoluto desprecio (más hondo) a los españoles, aún más que a las mujeres. El significado de JEL (Jaungoikoa eta legizarra) es dios y leyes viejas, y jelkides/jeltzales son los seguidores del PNV. Sabino Arana, hijo de carlistas, tronco del que procede el nacionalismo, logró que la rama le perviviera, a base de exacerbarlo en integrismo, tradicionalismo y conservadurismo añadiendo un elemento moderno entonces y en boga: el racismo, algo ajeno al carlismo.

Los estatutos, originariamente para Vizcaya, que redactó Arana, dicen: "Art.2 Bizkaya será católica, apostólica y romana en todas las manifestaciones de su vida interna y relaciones con los demás pueblos? Art.4 Bizkaya se establecerá sobre una perfecta armonía y conformidad entre el orden religioso y el político, entre lo divino y lo humano? Art.6 Bizkaya se constituirá sobre una completa e incondicional subordinación de lo político a lo religioso, del Estado a la Iglesia... Art.13 Se prohíbe toda discusión sobre puntos religiosos, por juzgarse indiscutible la Religión Cristiana y su Doctrina". Extraído de la obra Nacionalismo Vasco de Beltza (un clásico).

La sociedad vasca tan abusivamente gregaria y monolítica bajo un nacionalismo omniabarcador, tan religiosa y coral, no ha salido de la nada. El País Vasco es actualmente la parte de España más alejada de la Iglesia, su religiosidad y comunitarismo han sido transferidos al nacionalismo, algo muy estudiado por todos los investigadores del nacionalismo, considerado como religión de sustitución. Era la forma y cauce de perpetuarse la vivencia comunitaria (pueblo) y la religiosidad (de religare: unir). De igual forma que el racismo soterrado fluye sin obstáculos.

El diputado del PNV Aitor Esteban, imposible al humor, mostró en el debate electoral su anclaje inconsciente en el racismo. Se confesó hijo de soriana y de poseer tres apellidos castellanos de ¡cuatro! Solo un nacionalista vasco está pendiente de sus apellidos, ya que para Sabino Arana el primer grupo de pureza lo constituían los ocho apellidos, pero el segundo era precisamente los cuatro. Racismo interiorizado, paradigma con impureza reconocida: su penitencia.