"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados", decía Groucho Marx. Y comienzo a creer en su humor ácido. El domingo noche vi a un Pedro Sánchez nervioso. Mientras le aclamaban como presidente, mandó a callar a sus militantes 4 veces para poder hablar. Supongo que es el nervio de quien sabe que tiene que formar Gobierno sí o sí. El mismo lo dijo.

Desde 1978 no teníamos en España un Congreso de los Diputados con tantos partidos representados. El batacazo de Ciudadanos ha sido un impacto. Una empresa de venta de coches por Internet mandó a tres mariachis a la sede del partido naranja a corearles Canta y no llores. Hacer leña del árbol caído nunca fue bueno. Albert Rivera se manda a mudar, y le honra. Debió pasar La noche triste de Hernán Cortes. No me alegro. Vi a un tipo abatido.

El PSOE volverá a explorar la izquierda. Un gobierno de coalición con Podemos, Más País, PNV, parlamentarios regionales y la abstención de independentistas (a precio de oro). Difícil, porque el PSOE tiene una relación mala con los independentistas y ahora esa abstención se la van a vender con el cuchillo entre los dientes. Y en Vox siguen frotándose las manos con una bandera de España. Les fue bien, pero las victorias hay que saber gestionarlas. Torres más altas han caído.