Hay una decena de opositores que encabezan la lista de resultados de unas oposiciones a enfermería en Canarias. Como ninguna de ellas es familiar de ningún político, no han padecido que sus nombres y los de sus familiares hayan salido en medios de comunicación. No es el caso de la hija de Casimiro Curbelo y de otras personas supuestamente próximas, sobre las que se ha arrojado la sospecha de que conocían las preguntas del examen aunque otras personas hayan tenido mejores notas. La maledicencia se ha instalado en la información, instada por el feliz anonimato de las redes sociales. Nadie tiene la más mínima prueba de que se hayan filtrado las preguntas. Pero no importa. Para aventar chismes no hacen falta evidencias. La sociedad está dispuesta a comprar cualquier producto tóxico, aunque sea falso, siempre y cuando afecte a personajes públicos. Aunque produzca daño y angustia en gente que no tiene ninguna culpa.