Taraf es una costumbre de conversación iraní que consiste en hacer ofertas corteses, ofrecer de todo, pero al final son ofertas vacías porque nunca se cumplen. Llevamos una semana de campaña electoral oficial escuchando políticos de todos los partidos y solo pienso en eso: Taraf, porque además es lo que he sentido últimamente de muchas personas que antes venían a dar contigo para que les ayudaras en todo.

Ahora te acuerdas de algunos y piensas eso: Taraf. Pero es un concepto curioso porque suele volverse en contra. Vivir eternamente prometiendo y no cumpliendo es un juego más que peligroso. Es lo que le pasa a muchos de nuestros políticos, prometen, ofrecen, pero a la hora de cumplir, la falta de compromiso y la realidad suelen ser muy duras. Me lo comentaba hace unos días un importante cargo del Gobierno de Canarias: "una cosa es estar fuera, en la oposición y otra distinta es gobernar y gestionar, es complicado". Pues sí, así mismo es.

El 10N, con nuestras quintas elecciones en tres años, nos la volvemos a jugar. Y lo peor no es el Taraf, lo peor es el desencanto, la decepción y personas que te dicen que no ven una opción para votar, que no creen. Eso es un problema. La desidia estúpida del aburrimiento. Pero, bueno, al final somos burritos de carga, y como dice mi madre: "burro cargado busca camino". Espero que podamos encontrarlo.