La caída de Thomas Cook, el brexit, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la pérdida de conectividad, la recesión de Alemania y la recuperación de otros destinos son amenazas a las que se enfrenta hoy el sector turístico canario, pero lo hace desde una posición pujante.

El turismo en Canarias. Nuevos retos y oportunidades, el debate celebrado esta semana por EL DÍA en Costa Adeje, constató la necesidad de avanzar en la cogestión de los aeropuertos y en dotar a las Islas de un turoperador propio como herramientas para frenar el lento desmoronamiento del sector provocado por la quiebra del gigante de la turoperación y su consiguiente pérdida de plazas aéreas con destino al Archipiélago. "Sobran camas, lo que falta es la capacidad de levantar aviones", fue la certera reflexión del presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Jorge Marichal. La frase lo resume todo y traza el camino por el que hay que deambular con esfuerzo, trabajo e imaginación.

Lo dice el sector y lo refrenda la clase política. Desde ella, el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga -una voz autorizada-, se posiciona a favor de una aerolínea canaria -"o varias", como terció el propio Marichal-, aunque toca dilucidar ahora si se hace con dinero privado, público o con financiación mixta. El planteamiento se formula ante el vaticinio de una inminente reordenación del sector aéreo una vez que se tambalearon los gigantes del aire. Es el suma y sigue de dificultades para un sector que sustenta la riqueza de unas Islas conscientes de que la calidad es la marca diferenciadora ante la creciente competencia de destinos antaño pujantes y competencia de Canarias. Frente a eso, el sur de Tenerife aparece como ejemplo de una oferta de alto nivel en establecimientos, servicios y propuestas de ocio.

La combinación de la inversión pública y privada se traduce en un destino altamente valorado en el mercado nacional e internacional. La recuperación del espacio turístico como ejemplo del esfuerzo de las administraciones; la rehabilitación de un alto porcentaje de la planta alojativa más veterana y la creación de un conjunto de grandes, singulares y espectaculares complejos hoteleros de alta calificación permiten asegurar que "el turismo seguirá siendo importante". A pesar de las crisis.

Al sector parece preocuparle los efectos del brexit menos de lo sospechado, dando casi por descontada su repercusión en los balances. Solo mantiene la duda del efecto que pueda tener en el valor de la libra y, por tanto, en el poder adquisitivo del principal mercado turístico del Archipiélago y de Tenerife. La recesión, que no crisis, de Alemania sí que está en la lista de preocupaciones, aunque sigan considerándola el motor de Europa.

La controversia es inherente a la posible tasa turística. En el desacuerdo entre administración municipal y sector turístico toman ventaja estos últimos. Es un hecho que los ayuntamientos que sustentan la actividad están obligados a sostener servicios fundamentales para una población de hecho (aunque sea transitoria) que cuadruplica la población de derecho con un presupuesto ajustado a su censo. Un coste difícilmente sostenible. Otra realidad es que el turismo es una actividad gravada que mira con recelo el lado recaudatorio de la administración, una desconfianza que lleva al presidente de la patronal a dejar claro que la tasa turística "no toca ahora y ¡ojalá no toque nunca!". El Ejecutivo canario le escucha y atiende: "No está en la hoja de ruta del Gobierno, de momento", según Fernando Miñarro, su director general de Infraestructuras Turísticas.

En este marco, desde el sur de Tenerife y de Gran Canaria -Adeje, Arona, Guía de Isora, San Bartolomé de Tirajana y Mogán- surge la Asociación de Municipios Turísticos Canarios (AMTC), el foro en el que los ayuntamientos no solo tratan de dejar atrás las diferencias propias de una competencia mal entendida, sino que se marcan el objetivo de obtener la financiación que precisan, servir de cauce para la unidad de acción con el sector, así como de definir y aplicar políticas colectivas que posibiliten el desarrollo y la innovación en esta actividad económica. Un ejemplo será la próxima Feria Internacional de Turismo (Fitur), que se celebrará del 22 al 26 de enero de 2020 en Madrid. Esta vez todos estarán juntos. Porque solo la unión es sinónimo de éxito.

Otro problema que se debe resolver con urgencia para que las Islas ofrezcan la máxima calidad turística son las comunicaciones terrestres. Canarias precisa más infraestructuras para descongestionar sus autopistas y las carreteras de mayor tránsito de los turistas. No se antoja fácil, y ninguna solución existe en el medio plazo, pero hay que lanzar todos los proyectos para que, a medio plazo, se conviertan en realidad. Todas las administraciones deben implicarse. Sin falta.