La muchachada catalana de las barricadas. Sí, esos que se tapan la cara como ratones, no luchan contra el sistema, lo cual podría ser legítimo, todo lo contrario, el sistema del torrado los usa como marionetas. Me impactó y me decepcionó ver a los estudiantes de una Universidad, modelo de referencia, la Pompeu Fabra de Barcelona, donde he tenido la suerte de asistir a algún curso, provocando graves incidentes.

Atacando a la policía, con enfrentamientos entre partidarios y detractores de la huelga convocada en las universidades catalanas, siéndose protagonistas estúpidos por sus discrepancias entre los que están a favor del paro universitario y los que reivindican su derecho a ir a clase. Y es verdad que a veces hay que darle un cachetón al sistema. Todos lo hemos hecho.

Quienes corrieron delante de los grises lo saben. Los que nos sentamos en la escalinata de la Universidad Central de Laguna a bloquear la entrada, también. Pero jamás atacamos a compañeros por un derecho inalienable: querer ir a clase. Espero que los ratones de la cara tapada, incapaces de eso mismo, de dar la cara, se sientan orgullosos. Qué guapa es la vida cuando al llegar a casa, después de pegarle a tus compañeros, tienes la cama hecha, la comida calentita, la ropa planchada, y papi te dejó un billete para gastar. Así yo también hago la revolución catalana.