Vivimos en un mundo donde todo cambia con una rapidez insólita, en un mundo en el que generamos y cambiamos expectativas y necesidades con la misma velocidad con la que cambia el modelo del último móvil de última generación. Detrás de este ciclo vital sin fin se mueve un objetivo enmascarado dentro de una nueva necesidad, la de obtener aprobación constante, la de estar in y no out, la de responder de forma adecuada a la tendencia del momento.

Al mismo tiempo, participamos en una conversación constante, pero que demanda de nosotros y nosotras que tomemos decisiones, que nos postulemos, y todo ello a nivel mundial, me refiero a las redes sociales.

Necesitamos ser visibles mediante el seguimiento y el aprovechamiento de tendencias, nos movemos tras nuestras propias marcas personales, para ello debemos de agradar a tantas personas, por ello nos convertimos en buscadores de oportunidades para unirnos así y sentirnos parte de la conversación. Aunque ello nos lleve a movernos en la pura esencia de lo superficial y externo, en la pura esencia del postureo. Parece que sin el selfie mañanero, la foto de la tarde mientras tomo café y la visita o salida a algún evento posterior, no formamos parte, nos quedamos al margen.

Sin duda, si lo observas bien, comprenderás y te darás cuenta de que vivimos en un mundo que se mueve bajo criterios erróneos, lejos de aportarnos serenidad y bienestar, parece que el extremo nos traslada al delirio más extremo cuando tu grupo de amigos ha ignorado alguna de tus publicaciones. Y qué decir de la danza de la hipocresía que mueve a los generadores de tendencia, ese baile que te traslada a la paranoia de tuitear, poner me gusta o remarcar aquello de quienes me tuitean o me dan a me gusta con el único fin de no ser rechazado, o quizás obtener la mejor de las recompensas: ser tendencia o formar parte de?

Ante este mundo cambiante, ¿qué podríamos hacer?

Sé auténtico.

La esencia que se convierte en excelencia radica en asegurarte de que tienes algo que decir, y esto puede ser difícil, algo que te defina o te represente o simplemente parta de ti. Sin duda, cuando tienes la presión de publicar antes de que una tendencia pase de moda, cuando tienes la necesidad de sentir que eres parte de esa conversación global, pese a quien le pese y pase lo que pase. Es por ese motivo que debes de ser congruente, ser tú mismo o tú misma, sentir que te conoces y que sabes dónde quieres llegar y cómo.

Pero voy más allá, te pediría que valoraras la opción de fomentar las redes personales reales, frente a la continuidad digital, sin duda el efecto será a menor escala, llegarás a menos personas. Pero sin duda serás tú, y conocerás a personas reales. Hablarás y sobre todo te emocionarás y será tu cara la que exprese emociones y no tendrás que poner emoticonos y pensar si realmente expresa lo que estás sintiendo.

No te planteo que olvides las redes, solo me gustaría que pensaras en qué hacer y cómo sentir ya que para nuestra especie es esencial el contacto, a través de abrazos, de poner una mano en un hombro ante un mal momento. O simplemente me gustaría que te plantearas ser tendencia en tu barrio, en el colegio de tus hijos e hijas, en el club a los que pertenecemos, pero sobre todo sé tú misma y tú mismo. Desde la construcción y la transformación personal.

*Psicólogo sanitario Experto en Psicología Positiva

Máster en Psicología de la Educación