La circunstancia afortunada de una gota fría sobre Cataluña (intensas lluvias y vientos huracanados) ha aquietado los ánimos de los independentistas que se manifestaban violentamente en las calles contra la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a nueve dirigentes de ese movimiento. No hay nada más adecuado que una ducha de agua fría para rebajar el ardor guerrero. Por tanto, aprovechemos la tregua que nos concede el cielo para analizar algunas de las palabras o expresiones que más se utilizaron estos días. Interiormente pacifista. Descripción del estado de ánimo del presidente de la Generalitat, Quim Torra, hecha por el conseller de Interior al ser interrogado sobre las razones por las que no había condenado la violencia callejera de forma explícita. Y lo hizo poniendo la mano sobre el corazón como en el famoso cuadro de El Greco. A partir de ahora, debemos de ser muy cuidadosos al juzgar las conductas ajenas aparentemente agresivas ya que pueden encubrir profundos y muy arraigados sentimientos pacifistas. Infiltrados. Profesionales de la subversión llegados de otros países al olor del jaleo o policías disfrazados de guerrilleros. En cualquier caso, agentes pagados para desprestigiar las pacíficas reivindicaciones populares con altercados callejeros. Según Félix de Azúa, gente que parecía sensata afirma ahora que los grupos fascistas que devastan Barcelona son "guardias civiles disfrazados". Contestar al teléfono. Mínimo detalle de cortesía con quien mantenemos una relación familiar, amical, institucional o de negocio. En sentido contrario puede interpretarse como una forma de desprecio. Al fallecido político gallego Manuel Fraga Iribarne se le suponía una gran autoridad porque cuando llamaba a alguien para concretar una gestión siempre se le ponían al teléfono. Estos días, el presidente de la Generalitat dice sentirse agraviado porque el presidente del Gobierno español en funciones no contesta a sus reiteradas llamadas telefónicas con el pretexto de que no ha condenado la violencia callejera. Traidor. El dirigente de Esquerra Republicana Rufián fue recibido con ese grito por algunos de los manifestantes cuando quiso confraternizar con ellos para disuadirlos de usar la violencia. La transformación de Rufián de niño malo del Congreso en arcangélico independentista ha sido espectacular. Hogueras. En todas las ceremonias de purificación -y la subversión revolucionaria es una de ellas- la presencia del fuego es un agente tan necesario como peligroso. En España hemos incendiado el país muchas veces. Y las que nos quedan.