El 36% de la población canaria está en riesgo de pobreza. Por ello el Gobierno de Canarias trabaja para implantar una renta ciudadana, una ayuda de unos 600 euros al mes por unidad familiar para quienes no perciben ingreso alguno. Otro asunto es de dónde van a sacar el presupuesto para implantarla. Ahora mismo no existe. Y ya saben, el dinero no aparece por combustión espontánea.

Seis de cada diez personas en las Islas viven al límite de sus posibilidades. ¿Y dónde está el límite de sus posibilidades? Hay gente que llega a fin de mes con la despensa en telarañas, pero sigue pagando un buen teléfono móvil, hay quien no tiene ni para coger el tranvía, pero ir al bingo una vez en semana no falta. Están quienes no pagan la luz, pero las dos cervecitas diarias son sagradas. Son ejemplos reales. ¿Eso es el límite?

El límite es cuando se cruza la frágil línea que separa lidiar con ese límite a directamente ser pobre, o sea, no tener móvil, no tener coche, no tener nada en el bolsillo, vestir con la misma ropa a los niños o comer a base de macarrones con salsa insípida de bote día tras día. Y eso no tiene nada que ver con vivir al límite. Todos hemos ido al límite alguna vez, y con ello se puede luchar, con la pobreza, créanme, es casi una batalla perdida. La pobreza es así, se sabe cuando se entra, pero nunca cuándo y cómo se sale.