Fue en Las Palmas. Me preguntaron qué tenemos en el Parlamento canario, si sancocho o puchero. Con las dietas de entre 60 euros de los parlamentarios de Tenerife y los 113 de las otras islas se puede pagar sancocho o puchero. Yo con un plato de papas con costillas me arreglo. Que a un diputado de Tenerife le paguen 60 euros de dieta por ir a trabajar a unos cientos de metros de su casa, tiene un escaldón aparte.

El viernes pasado hubo un pleno extraordinario para hablar de la quiebra del touroperador Thomas Cook, un drama, pero ¿había que gastarse miles de euros en dietas, billetes de avión y hoteles para contarles a sus Señorías las acciones en las que se trabaja para paliar el drama? ¿No valía un comunicado a los grupos parlamentarios? ¿Informar a la Junta de Portavoces o a la Comisión de Turismo? ¿Era necesario llevar a 70 parlamentarios a un ratito de pleno a ese precio? No.

Luego buscamos dinero (y me parece bien) para un cheque de 500 euros y ayudar a los empleados despedidos de Thomas Cook. Yo no sé si están sancochados o en puchero, pero los plenos extraordinarios, que son un circo para exhibirse, deberían pensárselos. Ese tema podrían haberlo discutido en la siguiente sesión plenaria unos días después y nos hubieran ahorrado una pasta a todos. Total, para lo que hablaron, se hubieran ido a echar un puchero o un sancocho.