La movilidad es una de las muchas asignaturas que la clase política y, por extensión, la sociedad tinerfeña, tiene pendientes. Aunque los kilómetros de carreteras siguen aumentando, el parque móvil de la Isla lo hace más rápidamente; ni la modernización de la flota ni la reestructuración de líneas convierte el servicio público de transporte en guagua en todo lo eficiente que necesitan los usuarios, quizá porque es caro. Mientras, las dos autopistas viven saturadas, cada día más. En el Sur de Tenerife, la solución que se proyecta tarda en materializarse: ni tercer carril San Isidro-Playa de las Américas, ni enlace Chafiras-Oroteanda, ni la remodelación del acceso a Los Cristianos? Sí el Anillo Insular, cuyas obras comenzarán en noviembre, según anunció el consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis, esta misma semana.

Quizá todo sea más sencillo. Primero fue José Julián Mena, el alcalde de Arona, quien comenzó a hablar de la circunvalación del Área Metropolitana del Sur; más recientemente ha sido su homólogo de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, el que se refirió a conectar el casco urbano con Costa Adeje autopista arriba, y el último en pronunciarse ha sido Pedro Martín. El presidente del Cabildo de Tenerife lo hizo con más énfasis y decisión. Entiende que es un proyecto que rezuma eficacia, que resuelve y que presta un servicio ante el problema de la saturación que hoy ocupa, y demasiado, a la autopista. Es la circunvalación de la zona turística del Sur, una vía que conectaría Playa de las Américas y Costa Adeje con la medianía.

La circunvalación turística es un proyecto incipiente, pero una idea madura que en breve pasará a otro estadio. Pedro Martín acepta que con las retenciones kilométricas que se registran -cada día con más frecuencia- desde San Isidro hasta Costa Adeje, el tercer carril de la TF-1 en ese tramo es importante, "pero más lo es empezar a valorar la construcción de una circunvalación de la zona turística, iniciativa que está en fase de elaboración de proyecto y que es una necesidad". El presidente lo tiene claro: esas colas las causan "no solo el tráfico hacia el Área Metropolitana, sino quienes utilizan la autopista como si de una rambla se tratara". O sea, quienes se trasladan desde la medianía de Adeje y de Arona hacia Costa Adeje y Playa de las Américas y viceversa lo hacen a través de la TF-1. "Hay que pensar en una alternativa que desplace ese tráfico de la autopista evitando las retenciones actuales", apuntaba Martín. La propuesta es una circunvalación que, partiendo de Guaza, llega hasta Adeje sin cruzar las localidades turísticas.

En la defensa de este proyecto incipiente también se escucha a emprendedores y a profesionales, tutelados por el Círculo de Empresarios del Sur (CEST). Retirar miles de coches de la autopista y hacerlo al paso por la zona turística no parece una cuestión baladí. A falta de grandes y reales obras, la búsqueda de soluciones parece confluir en la suma de proyectos. La premisa que Pedro Martín transmite a su grupo de gobierno es "no hablar, sino hacer". En esa línea, aparece como firme defensor de esta vía por ser el cauce más rápido y eficiente para alcanzar ese objetivo. Sin renunciar a ninguna otra de las planteadas, presenta la circunvalación turística del sur de Tenerife como la obra que cambiará la comunicación y la movilidad en la zona que concentra más población -fuera del Área Metropolitana- y actividad económica en la Isla, y lo hará en un territorio de apenas diez kilómetros de recorrido lineal.

La circunvalación turística no viene a paralizar las actuaciones pendientes, sino a sumar en la resolución de los problemas existentes. No se trata de colocar más piche porque sí, la circunvalación turística no es una carretera cualquiera. Es una necesidad real.