Oí el otro día esa frase en un programa de televisión, es una frase que se escucha habitualmente pero que, justo ese día, me dio por analizar, y me pregunté ¿está sobrevalorado el sexo? Pero, ¿quién suele decir eso? Quien ya ha tenido muchas relaciones y ve que al final la pasión se acaba y que no llega a nada, porque lo que realmente cuenta es lo que ocurre después, ese resto del tiempo que se pasa con la persona, o por el contrario, quien no ha tenido buen sexo y la utiliza como careta a la frustración.

Si echamos una mirada atrás en el tiempo y observamos la evolución del sexo per se, vemos que siempre fue un tabú, que realmente se empieza a hablar de él con más libertad alrededor de los años 60, con el movimiento hippie, que empieza a abrirse camino verdaderamente un poco antes, alrededor de los años 50, donde el Informe Kinsey abre la puerta al debate desde la publicación de dos libros, Comportamiento sexual del hombre (1948) y Comportamiento sexual de la mujer (1953). En ambos se recoge el estudio realizado a través de entrevistas a más de 20.000 hombres y mujeres, consiguiendo crear una base de datos mediante la que se describía el comportamiento sexual en el ser humano. Aquí se habla abiertamente, por primera vez, tanto de la masturbación como de la homosexualidad o de las etapas de iniciación sexual, algo que hasta entonces sólo se atribuía a conductas marginales, o incluso inmorales, y que si hoy nos ponemos a pensar están más que instauradas en nuestra sociedad. Hoy forman parte de la normalidad.

Sólo han pasado cerca de 70 años y se sigue viviendo esa revolución sexual, que cada día coge más fuerza y liberación. Pero, ¿hasta dónde?

Si escuchamos a los adolescentes hablar nos quedamos perplejos, hablan de ser bisexuales, del poliamor, y del sexo con una facilidad que asusta. ¿Se ha trivializado? Entonces surge la duda, ¿pensarían nuestros padres igual que nosotros cuando nos oían hablar? (si es que podíamos? claro).

¿Está sobrevalorado el sexo? O es que, viniendo de tanta represión, ha cogido una fuerza y un avance que de momento no sabemos dónde va a parar?

O podría ser que, quizás, desde esa necesidad interna de satisfacción completa de nuestro ser, y gracias a esa evolución, podemos finalmente permitirnos disfrutar de muchas maneras, o con diferentes personas?

La persona que habla de una sobrevaloración del sexo ¿desde dónde lo dice? ¿Desde la satisfacción y determinando que realmente tampoco era tan importante? ¿Desde la opinión de que, una vez cumplida la meta o la satisfacción, llega el vacío y vemos que si no va unido a algo más íntimo con la otra persona, no aporta nada? Pero realmente algo les llamó a buscar esa materialización de su necesidad, porque hay algo que nos empuja a ello, hay una energía sexual que forma parte de nosotros y busca realizarse, y cada etapa de la vida tiene diferentes necesidades, y a medida que crecemos y vivimos experiencias, podemos ir sacando diferentes conclusiones. La verdad es que a esta pregunta no te va a responder lo mismo un adolescente de 16 años que una persona de 30 u otra de 60, ¿no?

¿Está sobrevalorado el sexo? Creo que sólo está sobrevalorado cuando nuestra conducta se centra exclusivamente en ello, cuando la persona que está, digamos, obsesionada con él, no es capaz de saber valorar situaciones y mayoritariamente puede centrar su vida en sus relaciones sexuales o en el camino para llegar a ellas. Personas que pueden llegar a tirar por la borda relaciones, familia, hogar, trabajo? por el simple hecho de ir poniendo medallas a su ego, o por la necesidad de querer más y más cada vez, sin saber poner freno a esos impulsos desbocados, como si de una adicción se tratase. Para entender ese comportamiento, desde la lógica ya se intuye que ésta, como cualquier otra conducta, tiene una explicación. Probablemente hay una carencia de por medio, que se intenta cubrir con este tipo de gratificación. Pero como no lo sabe, y si sabe de la carencia, no lo asocia, o no lo ha sanado, pues lo seguirá haciendo.

Todo en la vida debe tener su justa medida, y en función de la época en que vivimos, o de la etapa evolutiva en la que estemos, iremos necesitando diversas experiencias que nos hagan crecer de forma sana hacia nosotros mismos.

El sexo hay que disfrutarlo. ¡Por supuesto! Y debemos evolucionar con él. Tenemos que aprender cómo somos sexualmente y saber realizarnos en nuestra conducta sexual, buscar una pareja que llene nuestra sexualidad es importante, pero no lo es todo, la vida es más. ¿Que no estamos satisfechos que con nuestra vida sexual? Pues se mejora. ¿Que no se sabe cómo? Pues se consulta, se habla, o incluso se busca a un profesional, pero que la frustración no te lleve a evitarlo o negarlo, porque al final quien más pierde eres tú y tu pareja, tu estabilidad y tu bienestar. Al igual que la vida no es sólo trabajar, la vida no es solo nuestra sexualidad.

Y ahora, te toca reflexionar a ti? ¿Está sobrevalorado el sexo?

*Psicóloga y Terapeuta

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