Celebramos la Semana de la Arquitectura 2019, del 1 al 4 de octubre, con la esperada publicación en un libro monográfico de los proyectos seleccionados y premiados en la primera convocatoria de los premios de arquitectura Manuel de Oraá y Arcocha, otorgados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Tenerife, La Gomera y El Hierro. Estos premios representan el trabajo realizado en la última década por los arquitectos de la región, y recogen el testigo de los reconocidos premios canarios de arquitectura Manuel de Oraá que se otorgaban bianualmente antes de la crisis por el desaparecido Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias y reestructurado en Consejo Canario de Colegios de Arquitectos.

Piedra, papel y tijera, un sencillo juego infantil que se realiza con las manos, como con las manos también realizamos la mayor parte de las acciones del ser humano, con las manos hemos construido nuestras primeras cabañas primitivas y hemos horadado el terreno para buscar cobijo bajo la tierra. Con las manos hemos marcado el territorio y dibujado las primeras líneas de un proyecto arquitectónico. Sirvan estos conceptos para reflexionar sobre el hecho que nos ocupa, la celebración y reconocimiento del trabajo minucioso y meditado, profundo y sentido de nuestros compañeros arquitectos en Canarias.

Piedra que recoge el peso del tiempo, el elemento primigenio con el que se han construido las arquitecturas arquitrabadas egipcias y griegas, piedra que constituye los muros de nuestras viviendas tradicionales canarias, restauradas de forma impecable por, entre otros, Alejandro Beautell, premiado con el reconocimiento al arquitecto emergente. Piedra que, convertida en hormigón, representa las pétreas y a la par dinámicas construcciones de Fernando Menis, Virgilio Gutiérrez y GPY arquitectos, proyectos de formalizaciones abiertas y quebradas, complejas y vivas.

En cambio, el papel representa una nueva visión temporal e incierta de la situación profesional, nuevos campos de trabajo se han presentado para los arquitectos en estos años, donde ya no solo se busca lo sólido y permanente. Una nueva realidad económica, translúcida y compleja se pliega en múltiples facetas que muestran efímeros y cambiantes caminos laborales para los que los arquitectos debemos estar preparados para ofrecer nuestros servicios y competencias. Los proyectos presentados al premio a la modalidad de Arquitectura de interior dan buena muestra de estos nuevos recorridos trazados.

Finalmente la tijera, los continuados recortes presupuestarios y en servicios, en cultura, en inversiones, en proyectos vitales, en sueños y en crecimiento personal. Estos últimos diez años han supuesto una necesaria adaptación a un nuevo entorno económico. Pero la tijera también es acción, movimiento y tecnología, algunos compañeros como el premiado estudio Cabrera-Febles han logrado encontrar en el mercado internacional las puertas a su desarrollo personal y profesional.

Otros compañeros, desde el anonimato, han dedicado sus esfuerzos y dedicación a la investigación arquitectónica, al análisis y reflexión profunda y meditada sobre el hecho arquitectónico. No pocos arquitectos han realizado en estos años tesis doctorales que han abierto nuevos campos de interpretación, desarrollo y creación arquitectónica. Las Escuelas de Arquitectura se nutren también de esta nueva generación de doctores en arquitectura que han podido realizar singulares proyectos de arquitectura que les han dotado de la necesaria experiencia en obra y, al mismo tiempo, han avanzado en el conocimiento de nuestra materia. Sirvan estas palabras también para su reconocimiento.

*Doctor Arquitecto, docente de la Universidad Europea de Canarias y miembro del jurado de los premios Oraá 2008-2017