A medio plazo, Madrid tiene que aflojar la pasta que Canarias necesita. Ese es un hecho tan evidente, a la vista de cómo está el patio, como que se dan las peores circunstancias financieras para que tal cosa ocurra. Nueva Canarias ha decidido concurrir a las generales de noviembre en un acuerdo con Coalición Canaria. A muchos les ha sentado a cuerno quemado, dentro y fuera de los dos partidos. Deberían darle otra pensada. Román Rodríguez aprovecha una circunstancia -que los dos nacionalismos necesitan sumar votos- para mandar una señal tan tenue como evidente. Hay muchos caminos para llegar a Roma. El pacto de gobierno de Canarias no corre peligro. Por supuesto que no. Por ahora. Pero si se condena a este Gobierno a la indigencia y sigue el grifo cerrado, estos actos simbólicos de hoy podrían ser las piedras de un camino de pasado mañana. Y el que sabe leer entre líneas debería leerlo muy clarito.