Uno de los Franco ha dicho que la Ley de la Memoria Histórica y la exhumación de los huesos de su abuelo, el general, es "la venganza de los perdedores". ¿Y saben qué? Tiene razón. Es la ley del péndulo histórico. Los ganadores del golpe de Estado y de la Guerra Civil española se tomaron una larga revancha que en algunos casos duró cuarenta años. Con la muerte del dictador, los hijos y nietos de los perdedores y represaliados de aquellos años se están tomando la suya. Los alcaldes franquistas cambiaron los nombres de calles y plazas. Los alcaldes demócratas ahora lo hacen al revés. La única diferencia es que la democracia no da paseíllos. Es una venganza incruenta. Pero eso sí, cansina. A ver si lo hacen todo de una vez y nos dejamos de tener a Franco hasta en la sopa. Que cada vez que hay elecciones alguien saca la momia de paseo. Y aburren.