No hay turistas atrapados en Canarias. Por un lado, los hoteleros han dado la cara en el problema de Thomas Cook, garantizando su hospitalidad hasta su vuelta al lugar de origen y, por otro, se han ido repatriando a todas las personas y familias después del retraso por la quiebra, o suspensión de pago, que aún está por ver, de la citada compañía.

También debemos velar por que los turistas que quieren venir a Canarias tengan plazas de avión suficientes para poder desplazarse y que al previsible impago de las facturas de Thomas Cook, que ya es importante, no se le sume la cancelación de reservas confirmadas para la temporada de invierno.

Canarias, de hecho, va a ser la primera afectada en ese asunto, pues el resto de comunidades autónomas basan su negocio turístico básicamente en el verano, mientras que nosotros siempre hemos jugado la gran baza del turismo de invierno.

Pero no convirtamos esto en una cuestión ideológica entre el vaso medio lleno y medio vacío. El vaso está medio lleno, pero lo que acontece es que se rompe el vaso.

La tormenta perfecta del brexit, las compras online y el desplome de la libra frente al euro han puesto de rodillas al gigante del turismo tradicional y ha estremecido los cimientos de quienes vivimos de él.

Esta tormenta no se quedará en Londres, ni los países nórdicos ni en Alemania, países emisores del turismo que transportaba Thomas Cook. Veremos en Canarias el impacto en transporte, hostelería, comercio e industria, y sus efectos en la destrucción de empleo y riqueza.

De alguna manera, algunos hoteles que no cobren, podrán tener dificultades de tesorería y menoscabar la cadena de valor que se teje alrededor del turismo, por lo que las medidas para corregir este desastre no vienen únicamente por intervenir públicamente en la dinamización del sector o la diversificación de países emisores, sino también en un plan de contingencias económicas con financiación blanda para que no se paren los pagos a proveedores y empleados.

Por supuesto, y tal como manifestaba la consejera de Turismo, tampoco es el momento para implementar ni analizar una posible tasa que grave el turismo.

*Vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria