Hoy toca dejar la política de lado. Me aburre. Prefiero escribir de amor. Definir el amor es difícil. Es una facultad del ser humano que crece y madura con el tiempo. Uno ama con lo que ha aprendido en la vida y si ha tenido el reto de amar y ser amado. Amamos a quien nos hace felices, pues nos lleva a un mundo de emociones intensas, con un amor apasionado, pero que se derrumba con facilidad ante las dificultades de la vida.

Al principio, el amor es arrebatado y son emociones que nos hacen ciegos ante lo que escogemos. Amar al otro es una decisión, no una emoción de momento o que dependa del estado de ánimo. No buscamos ser recompensados sino hacer todo para que la persona a la que amas se sienta amada. El amor no busca obligar al otro a ser de otra manera, sino que busca la manera de conocer más a la persona que quieres.

Es decidir invertir en el otro como lo más importante para ti y a quien estás decidido a dedicarle todo. Es saber escuchar, es recibir lo que se siente, es tener cuidado de no lastimar. El amor es algo que se conquista con el tiempo de estar juntos, con el enfrentamiento de las dificultades, con la convivencia y la tolerancia. Amar es ejercer las mejores cualidades que tenemos y ponerlas al servicio de otra persona. Amar transforma vidas. Si no has amado, tu vida está vacía. Todos en cierta forma estamos enfermos de amor.