Pintamos un océano donde el político puede bucear. Me gusta contarles a mis clientes que la presencia de los psicólogos en la política, en el trabajo con el cargo público, en el diseño de campañas y estrategias, suele ser puntual e irregular en el tiempo, aunque mi experiencia me ha permitido establecer lazos estrechos y duraderos. Personas con las que tomar un café o cenar, a día de hoy, continúa siendo un placer para mí; la complicidad deja huella, cada historia, cada campaña, cada temor, cada duda?

¡Qué difícil se hace en ocasiones medir lo intangible! Quizás la razón es que ese valor sólo es capaz de medirlo el otro, el soporte que le das a una persona, la ayuda constante, el apoyo, la confianza, la consistencia, la facilidad en el análisis de su toma de decisión, el ánimo que desarrollamos para darle nuevas perspectivas a su visión, la toma de conciencia de creencias que pueden limitar su misión, la toma de conciencia de la incertidumbre y sus formas de gestión, la fluidez y acelere que puede provocar una larga conversación que mantengamos y la repercusión que eso pueda tener. ¿Cómo lo medimos? Es la huella con el paso del tiempo lo que a veces marca el resultado, el avance.

Me gusta decir que no somos consultores políticos, no somos expertos en comunicación política, no somos expertos en oratoria, no somos expertos en marketing político. No competimos con los consultores o asesores políticos, sólo nos preocupa el ser humano que está detrás del cargo público, aunamos, sumamos y ordenamos todo lo que fluye alrededor del político para darle forma y que favorezca y acelere el cumplimiento de sus objetivos, ¡que brille!, siempre a tres niveles: sus intereses individuales o plan personal, sus intereses profesionales o plan de carrera política y, por ultimo, su vínculo y plan de desarrollo dentro del partido u órgano de poder.

Sabemos que estos tres niveles tienen que estar equilibrados para que su éxito este garantizado; desequilibrar uno de los tres aspectos a medio plazo limitaría su consistencia como líder político.

Soporte, sustento y desarrollo son nuestras claves de trabajo, claves y metodologías contrastadas y acreditadas a nivel internacional; cambiamos éxito por consistencia y equilibrio, porque esa es la base del éxito, incluso la que te permite encajarlo y hacerlo sostenible en el tiempo.

Desarrollamos juntos todos los aspectos de su marca personal, de su branding, diseñamos y entrenamos juntos su discurso para que sea una prolongación de sí mismo, de sus valores, incorporando técnica y entrenamiento que favorezca la toma de conciencia de tics u otros aspectos que puedan frenar su despliegue publico top. Dentro de su Manual de Estilo diseñamos pautas que refuercen su penetración social y su permanencia en la mente del ciudadano. Analizamos y diseñamos agendas desde la distinción de importancia vs urgencia, estructurando "un mapa de actores" de gran penetración.

Entrenamos y construimos juntos discursos emocionales? y para ello seguimos una hoja de ruta focalizados en que el ser humano que entró en la política permanezca dentro del ejercicio público a medio y largo plazo; aquella ilusión, pasión y motivación que le llevó a iniciar su carrera política necesita de una estrategia de sustento y apoyo para hacerlo emocionalmente sostenible en el tiempo.

Entrenamos, entrenamos y entrenamos con nuestro cliente su despliegue, lo acompañamos en el análisis de nuevas perspectivas, provocando el acelere en la toma de decisión, acompañándolo desde un matiz de confiabilidad absoluta que nuestra profesión nos sitúa para minimizar su soledad.

Nos sentimos libres para opinar, responder y analizar sin presiones o condicionamientos ideológicos -hoy estamos aquí y mañana podemos estar o no-, sólo nos importa el éxito, el triunfo, la imagen y estabilidad emocional de nuestro cliente, su bienestar.

Nos sentimos cómodos y provocamos la comodidad en nuestro cliente. Somos el océano donde el político bucea, donde puede encontrarse y retomar la vuelta a los inicios, a sus valores, donde puede ser lo que realmente es. Un espejo donde mirarse, el espacio que le permite analizar los objetivos logrados, replantearse nuevas acciones, favorecer la gestión de sus equipos, su capacidad negociadora, la gestión de sus emociones, sus entradas y sus salidas de la vida política o pública, diseñar sus planes A y B.

Como dice Manuel Carrasco en su canción Qué bonito es querer:

"Es el ángel de la guarda para los demonios.

Es el paraguas, no te baila el agua sin más.

Qué bonito es saber que siempre estás ahí.

Quiero que sepas que voy a cuidar de ti".

*Psicóloga. Coach Político. CEO ETIK

@EtikMaite www.etikpolitica.es