No, señor, no pueden seguir engañándonos de esta manera con una ópera bufa que da vergüenza. El último fracaso de las negociaciones entre PSOE y Podemos apesta a alcantarilla y la gente ya no sabe si reír o llorar con esta comedia estúpida digna del teatro del absurdo. Mañana me llamarán del PSOE, como hicieron hace unas semanas, para decirme que no fuera tan duro con esto. Duro no, pero la realidad es la que es, y no se puede ocultar.

Esta vez, como escribía ayer el maestro Iñaki Gabilondo, "suena a estafa". Sí, maestro, suena a estafa, porque desde un principio han querido estafarnos, no ha habido capacidad de diálogo y cada uno ha mirado más por su trasero que por el de los españoles que les votaron y, por supuesto, por el de los que no les votaron. No pasa nada, ellos están bien, están cobrando. Y así llevamos ya casi cinco meses sin formar Gobierno. En Europa somos un ridículo, se están mofando de nosotros.

Lo que la ciudadanía va apuntando en la lista es que los negociadores no hablan de nosotros, hablan de sus historias, de sus traseros bien acomodados. Es un tema de ser el protagonista y el más chachi. Un pulso pusilánime sin ganador y donde los perdedores somos los españolitos de a pie. Espero que estén orgullosos de que tengamos que ir (y pagar) unas nuevas elecciones en noviembre. ¿Cuántas van ya? Yo he perdido la cuenta.