El Parlamento de Canarias sirve, también, para hacer preguntas antológicas. Ciudadanos, por ejemplo, ha cuestionado al Gobierno de las Islas si tiene algún protocolo previsto ante la crisis del sector turístico. "Sí, suicidarnos", sería una respuesta imaginativa de la consejera. Podemos no se queda atrás y ha decidido preguntarle al ejecutivo -del que forma parte, o sea, preguntarse a sí mismos y mismas y mismes- si a la vista del pufo que les ha dejado el Gobierno nacionalista que mandaron al paro va ser que sus promesas electorales no se van a poder cumplir. A veces las inocentes preguntas son un gran discurso. Los nubarrones que se ven en el horizonte económico tienen a sus señorías bastante inquietos. Unos se frotan las zarpas pensando en sacarle lascas al Gobierno con las desgracias. Y los otros, viendo cómo escapar de la chamusquina. Porque si vienen mal dadas, alguien va a alcanzar. Eso seguro.