Solo dos países en el mundo deben más de un billón de dólares en 2018, según el Fondo Monetario Internacional: Estados Unidos debe 9,7 billones y España le sigue, como número dos mundial, con 1,1 billones, con la diferencia sustancial de que la deuda americana representa un 47 % de su PIB y la de España un 74%.

Una responsabilidad global que exige a nuestro país soluciones presupuestarias viables y creíbles, pues nuestra economía es vulnerable por su necesidad de estar sufragada por la inversión internacional y se basa fundamentalmente en las medidas financieras del Banco Central Europeo.

El entorno de baja inflación, tipos de interés y precio de la energía, no van a permanecer a lo largo del tiempo y la desaceleración basada en la alta tasa de desempleo, bajo crecimiento económico, alto déficit público y baja productividad son limitaciones importantes para poder ayudar a crecer la economía real por encima del 2% anual necesario para crear empleo.

Mientras que las ventas del comercio al por menor subieron un 4,7% en 2018, en el mes de julio de 2019 solo subió un 3,2%, lo cual va en línea con la previsión de que el segundo trimestre solo ha crecido la economía de España un 0,5%, muy por debajo de las previsiones del Gobierno, el Banco de España o los agentes sociales.

Un sector que tiene un peso específico en Canarias, al mismo nivel que el turismo, y al que hay que cuidar para que siga creciendo y mejore su aportación a la cesta de impuestos y riqueza sin que deba hacerlo, únicamente, a través de una subida de impuestos que nos aleje de la necesaria competitividad.

Ahora, y esperemos que sea un problema estrictamente coyuntural, las comunidades autónomas pueden colapsar en el pago a proveedores si no se soluciona la financiación autonómica, debida a las restricciones presupuestarias del Estado, con el consecuente impacto negativo en el empleo.

En Canarias, la economía se sustenta en administración pública, turismo y comercio y las tres patas sobre la que se sustenta no pasan su mejor momento y exigen un compromiso de diálogo y concertación social cuya bandera sea la corresponsabilidad, confianza y competitividad para el empleo y el bienestar sostenible de las familias.

*Vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria (ZEC)